8 formas de ser más resilientes

ESCRITO POR BECKY MALCA, PSICOTERAPEUTA Y PSICOONCOLOGA 

El ser humano es un animal de costumbre lo cual le permite funcionar, la mayoría de las veces, bajo una sensación de seguridad y control sobre su vida. Sin embargo, cuando se producen situaciones que parecieran interrumpir esa rutina, dicha sensación comienza a debilitarse, pudiendo llegar a generar un caos interno, mejor conocido como crisis. 

En otras palabras, es cuando de repente un suceso, por ejemplo, una ruptura, un duelo, desempleo, o una situación como la que hemos estado viviendo actualmente con el COVID-19, nos cambia nuestro funcionamiento.

Nos hace sentir como si nuestro mundo se detuviera, se volteara y se desordenara, quitándonos inicialmente la capacidad de pensar con claridad y entender qué fue lo que ocurrió. Como si de la noche a la mañana, nos quitaran nuestra base segura, se encendieran las señales de alarma y comenzamos a sentir temor, miedo, ansiedad, incertidumbre, entre otros. 

¿Qué pasa cuando hay una crisis?

Lo cierto es que atravesar una crisis, independiente del motivo que la originó, no suele ser una tarea fácil: pero también debemos saber, que no quiere decir que sea algo imposible. 

Dentro de las enseñanzas de la historia de la humanidad, podemos aprender que–sin importar que tan complicado o doloroso haya sido el momento vivido–siempre hay un después. 

¿Cómo podemos llegar a ese punto? Por medio de la resiliencia. 

¿Hay algo que esté en nuestras manos para sobrepasar la tormenta y así alcanzar esa calma necesaria y deseada? La respuesta es sí. 

Gracias a la resiliencia, tenemos la opción de salir fortalecidos de las situaciones, inclusive de las más difíciles, por extraño o difícil que parezca. 

¿Qué es la resiliencia?

La resiliencia es un término que se toma inicialmente de la física y nos ensena sobre la resistencia de los materiales, que se doblan sin romperse, a pesar de la presión a la que puedan ser expuestas, volviendo luego, a recuperar su forma original. 

Dicho término, acogido años más tarde por la Psicología, fue utilizado para explicar la capacidad que tiene una persona para afrontar situaciones difíciles y sobreponerse a estas. Más allá de todas las dificultades y angustias que pueda llegar a experimentar 

cualquier persona en el proceso, logra superarlas y salir fortalecido y transformado emocionalmente por ellas. 

La resiliencia se trata de una capacidad emocional que todos podemos desarrollar, aprender y fortalecer. Sin importar lo difícil, dolorosa o amenazante que sea la situación que podamos atravesar o estemos atravesando actualmente. 

¿Qué podemos hacer para ser más resilientes?

Diferentes estudios señalan, que uno de los factores más importantes en la resiliencia es contar con una red de apoyo sólida, que proporcione amor, seguridad y ayuda para enfrentar las crisis. Sin embargo, hayamos contado o no con la suerte de haber tenido inicialmente esta base de amor y seguridad, hay muchas actividades que podemos hacer para cultivar la capacidad de ser resilientes, como: 

  • Aprender a identificar lo que aún tenemos y trabajar sobre esto, sacándole el mayor provecho, en vez de quedarnos anclados pensando en todo aquello que no tenemos. De esta forma, dejamos de ver las crisis como algo insuperable. 
  • Encontrar un sentido que nos permita construir, a pesar de la adversidad. Es decir, reconocer la dificultad que se está atravesando, para posteriormente, enfocarse en un para qué. Por ejemplo: para qué pudo haber llegado esta situación a mi vida, qué puedo construir a pesar de esta situación, qué puedo rescatar, aprender o crear a partir de esta situación. Bajo este enfoque, podemos aprender a conocernos y reescribir nuestra historia. 
  • Practicar el optimismo. Fortalece la confianza y la esperanza. Esto no significa negar o ignorar la realidad. Es poder reconocer la dificultad y crear una oportunidad. Por ejemplo: Puede ser difícil quedarme tanto tiempo en cuarentena, pero voy a aprovechar para leer esos libros que tenía pendientes, voy a cuidarme y poner mi mejor actitud. 
  • Recordar los retos vividos. Recordar experiencias previas en los que fuimos capaces de salir adelante de situaciones adversas, nos da fortaleza para afrontar la nueva situación. 
  • Establecer relaciones sanas. Construir una red de apoyo óptima, sea dentro y/o fuera de la familia, es importante para sentirnos queridos, apoyados, comprendidos, protegidos. Nos brinda la oportunidad de dar, además de recibir. En estos momentos que estamos en cuarentena, podemos lograrlo compartiendo con los que convivimos y a través de la tecnología, con aquellos que no podemos tener físicamente presente. 
  • Practicar la gratitud. El altruismo y crear una vida con sentido, fortalece la capacidad de resiliencia. 
  • Dar importancia al autocuidado. Esto es indispensable para mantenernos fortalecidos y poder enfrentar mejor nuestro día a día. Por ejemplo: caminar dentro de la casa, meditar, pintar, escuchar música, escribir, cantar, bailar, y cualquier otra actividad que les guste y pueda hacer. 
  • Salir de nuestra zona de confort. Trabajar sobre algo nuevo, puede suponer un reto. Nos permite crear y descubrir nuevas habilidades que no conocíamos de nosotros mismos. 

Como vemos, la resiliencia es una capacidad que todos podemos trabajar, desarrollar y aprender.

Cuanto más resilientes seamos, mayor capacidad tendremos para sobrellevar los retos que la vida nos depare y contaremos con una mejor calidad de vida. 

Gracias a la resiliencia, volveremos a sentir control, sintiéndonos seguros que después de la tormenta, siempre podremos hacer que llegue la calma.