¿Cómo apoyar a mi hijo/a adolescente en riesgo?

Por: Rodsella Aragundi, Psicóloga y Psicoterapeuta @aragundipsicologa

A nivel mundial la muerte por suicidio es la segunda causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Una gran cantidad de adolescentes sufren de alguna enfermedad psicológica o psiquiátrica y no reciben tratamiento.

Como padres el siquiera pensar en que nuestro hijo o hija pueda estar en riesgo puede hacernos sentir angustia, sin saber cómo reaccionar ante la posibilidad de que puedan estar contemplando la idea de no querer vivir.

Algunas señales que nos indican que nuestro hijo puede estar en riesgo son: cambios de humor o en personalidad, se muestra pesimista, irritable; hay cambios en su apetito o patrones de sueño, sentimientos de soledad, desesperanza, incremento en el consumo de alcohol y/o drogas, retraimiento social, entre otros.

Pero cómo abordamos este tema, bueno primero debemos reconocer nuestras emociones con respecto al tema del suicidio, que nos evoca. Al poder tener en mente cómo nos hace sentir, podemos empezar a abrir la conversación con nuestro hijo.

Para jóvenes adolescentes es vital comunicar paciencia y tranquilidad al hablar del tema. Preguntar de manera directa ¿Has pensado quitarte la vida? Y escuchar detenidamente, ser empático y comprensivo. Hablar sobre este tema no fomenta el comportamiento suicida.

Cuando introducimos la conversación debemos mantener la calma y evitar decir frases como ‘No hables de esa manera o no pienses así’, ‘¡No quiero escucharte decir eso, nunca más!’ ya que harían que el joven se avergüence y no comparta lo que está pensando.

Enfatizar la búsqueda de ayuda y acompañarlo durante momentos difíciles es clave, que sienta que pueden pensar juntos en soluciones alternas. En ocasiones, no es necesario decir algo, a veces la conexión y el estar allí presente puede ayudar muchísimo.

Es probable que el joven no se exprese o no sea muy comunicativo, por lo que debemos crear espacio donde sientan que lo que digan no será usado para criticarlos o tomado sin importancia. Mostrar interés en lo que, si nos comunican, mostrando curiosidad y no irnos a corregir antes, sin entender primero.

Les comparto estas recomendaciones para poder afrontar una situación de riesgo:

  • Tomar en serio los comentarios de querer morir o querer quitarse la vida. Promover un diálogo de cómo se siente, permitiendo la expresión de lo que le causa angustia. Tener paciencia, en ocasiones los jóvenes pueden tomar un tiempo en organizar sus pensamientos y abrirse.
  • Hacerles ver que estamos allí para él/ella. Decirle y hacerles sentir que estamos para escucharle. Mostrar apoyo y preocupación, validando sus emociones.
  • Ayudarlo a pensar juntos en buscar soluciones alternas a hacerse daño. El dolor emocional y psicológico nos puede dejar sintiéndonos que no hay otra salida.
  • Conocer el nivel del riesgo que se encuentra su hijo/a: si tiene un plan de cómo hacerlo, si tiene acceso, ha tenido intentos previamente, tiene alguna fecha o tiene la intención de quitarse la vida. Entre más elaborado sea el plan y tenga acceso a un medio, debe buscar ayuda inmediata.
  • Buscar ayuda profesional lo más pronto posible. Debemos permanecer con nuestro hijo, remover cualquier medio posible. En casos de daño inmediato, se debe acudir a un centro de urgencias.
  • Ser constantes en transmitir a nuestro hijo lo importante que es para nosotros y que su vida es importante. Tratar de que se enfoquen en un solo día a la vez o si es necesario un momento a la vez.

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