Concientización sobre la autolesión: acompañar a un adolescente

Por: Maricarmen Sánchez M. Psicóloga y Miembro del Programa Sanamente.
Resuena en mi mente la frase: “solo quiere llamar la atención”, y me sitúo indagando
de qué se trataba la situación, era sobre un adolescente que se autolesionaba. No
era para llamar la atención. Sin embargo, para quienes desconocen del tema resulta
complejo de entender y es muy fácil que esas frases y creencias, erradas, salgan de
manera automática. Puede que en algún momento te hayas encontrado en una
situación similar, es decir, escuchando la frase por otros/as e incluso repitiéndola
frente a una situación de conductas autolesivas.
En el marco del Día mundial de la concientización sobre la autolesión que se
celebra el 01 de marzo, buscamos darte información para entender y abordar el
tema de las autolesiones de manera apropiada y brindar ayuda a los familiares y
adolescentes.
En este artículo abordaremos la autolesión, una conducta de riesgo, sin intención
suicida, y está la definiremos como las lesiones autoinfligidas al propio cuerpo de
manera deliberada que provocan daño al tejido corporal sin la intención de causar la
muerte. Las autolesiones pueden tomar distintas formas para quien la realiza, y
como muchas investigaciones mencionan, es un medio para hacer frente a un dolor
insoportable: el dolor físico autoinfligido actúa como una forma de regular el dolor
emocional.
Las razones por las que un adolescente puede recurrir a autolesionarse son
variables y pueden cambiar con el tiempo. Algunas situaciones que pueden llegar a
desencadenar el inicio de las conductas autolesivas pueden ser:
● el acoso escolar,
● vivencias traumáticas,
● dificultad de regulación emocional
● el duelo
● las relaciones difíciles
● la búsqueda de pertenencia a grupos sociales.
Darnos cuenta de que un adolescente se autolesiona si eres cuidador, docente,
amigo/a puede resultar abrumador y puede llegar a generar una mezcla de
emociones, y es válido reconocerlo porque nadie nos prepara para afrontar estas
situaciones. Es muy común incluso que, en nuestro instinto por protegerlos/as, les
pidamos inmediatamente que dejen de hacerlo sin entender que los ha llevado a
ese punto.
A continuación, te ofrecemos algunas estrategias para apoyarlos/as:

  1. Cuidar de uno mismo. Implica poder reconocer tus reacciones emocionales
    y creencias en torno a las autolesiones para abordar el tema.
    ● Sé consciente de que en un inicio puede ser impactante, pero con el tiempo tu
    reacción puede cambiar.

● Aprende sobre el tema de las autolesiones y los mitos más comunes. Puedes
consultar información con profesionales.
● Date el espacio para procesar la información. A veces las conversaciones
pueden ser difíciles y emotivas.
● No prometas guardar el secreto.
● Si es necesario, ofrécete a acompañar a la persona en busca de ayuda externa.
Esto puede quitarte algo de presión.

  1. Iniciar la conversación. Recuerda que, apoyar a alguien que se autolesiona
    implica muchas conversaciones a lo largo del tiempo.
    ● Válida cómo se siente el adolescente, sin juzgarlo/a. Evita frases como:
    “autolesionarse es terrible” “piensa en los que te quieren” “no tienes por qué
    hacer eso” “me haces daño a mí”.
    ● No tengas miedo al silencio. Deja espacio al adolescente para que procese sus
    pensamientos y emociones. Es probable que hablar de su experiencia le resulte
    difícil o emocionalmente agotador.
    ● Mantente presente en la conversación, el simple hecho de sentarse
    tranquilamente con alguien puede ayudarle a sentirse menos abrumado y a
    sentir que cuenta con tu apoyo.
    ● Evita lanzarte directamente con preguntas que alimenten tu propia curiosidad
    sobre las autolesiones.
    ● Está bien comprobar de vez en cuando cómo está el adolescente, pero no lo
    presiones para que hable.
  2. Estrategias para implementar. Una vez hemos identificado que alguien se
    autolesiona, aparte de acercarnos de manera genuina podemos ayudar con
    lo siguiente:
    ● Hablen juntos sobre lo que pueden hacer si tienen ganas de autolesionarse.
    Elabora una lista de estrategias que puedas utilizar en distintas situaciones. (Por
    ejemplo: salir a caminar, escribir, escuchar música, hablar con alguien de
    confianza)
    ● Establece los límites de la confidencialidad. A menos que se trate de una
    emergencia, lo mejor es contárselo a alguien con el consentimiento de la
    persona que se autolesiona.
    ● Quitar los medios para autolesionarse y sugerir conductas de sustitución.
    ● Acompaña al adolescente, en el proceso para dejar de autolesionarse, para esto
    es fundamental tratar el motivo porque el que se autolesiona con un profesional
    de la salud mental.
    Reconocemos que este tema puede resultar emocionalmente abrumador para
    cuidadores, docentes y amigos/as de adolescentes que se han o se autolesionan.
    Por eso, buscamos recordarte que, aunque en momentos parezca que no hay
    salida, hay ayuda disponible y recursos que te permitirán acompañar a tu
    adolescente a poder reconocer sus emociones e implementar estrategias de
    afrontamiento que beneficiaran su bienestar psicológico.