¿Cómo construir nuestro botiquín emocional?

Por: María Daniela Pérez, psicoterapeuta y directora de la Fundación Relaciones Sanas @growingchangepty

Alguna vez se han puesto a pensar, ¿cómo aprendemos a cuidar de nuestra salud mental? ¿Quién nos ha enseñado a entender nuestra mente?

Es increíble pensar que un niño de 2 años sabe perfectamente qué es lo que tiene que hacer cuando tiene una herida. La mayoría sabe que si tiene un “ayayai” lo primero que hacen es buscar un adulto que los ayude. Y, luego saben que lo más probable es que este adulto les vaya a poner una cremita y una curita. 

Y aquí es entonces donde me quedo reflexionando ¿sabemos identificar nuestros “ayayais” emocionales? ¿Sabemos qué hacer cuando tenemos una herida que no podemos ver?  Lo más probable es que muchos de nosotros hayamos respondido que “no” a las últimas dos preguntas. 

¿Por qué no reconocemos nuestros “ayayais” emocionales?

A lo largo de nuestra vida, hemos aprendido que los padecimientos de la mente los tenemos que “ignorar”, o “dejar pasar” con la esperanza de adormecer los síntomas. Pero, muchas veces, pasa todo lo contrario. Simplemente, se intensifica con el tiempo y se convierte en un trastorno por depresión, en un trastorno por ansiedad o incluso en un profundo deseo de morir. 

Los números arrojados por el Ministerio Público nos indican que, desde que empezamos esta crisis sanitaria, en Panamá muere 1 persona por suicidio cada dos días. Y en el mundo, la OMS nos habla de 800 mil muertes anuales por esta razón. 

¿Cómo una persona toma la decisión de quitarse la vida?

La mayoría de las veces, el suicidio es el último recurso de una persona que lleva muchos años sufriendo, que padece de una enfermedad mental crónica. Es por esto, que debemos educarnos y aprender a identificar signos y síntomas de padecimientos mentales que nos permita buscar la ayuda que necesitamos a tiempo.  

Además de educarnos también podríamos equipar nuestro botiquín de primeros auxilios con herramientas que nos ayuden a lidiar, no solo con la pandemia, sino con otras heridas emocionales que enfrentaremos a lo largo de nuestra vida. 

Tristemente, nuestro botiquín emocional no es algo que podemos comprar en el supermercado o en la farmacia. Nuestro botiquín debemos construirlo con esfuerzo, con dedicación, creando nuevos hábitos y desafiando nuestras creencias erróneas. 

¿Qué hay en un botiquín emocional?

En todo botiquín de primeros auxilios psicológicos hay una serie de elementos que te permiten atender la emergencia de la mejor manera. Yo sugiero seis (6) elementos que nos ayudarán a cuidar de nuestra salud mental. 

  1. La conexión en momentos de crisis surte un efecto analgésico que nos ayuda a aliviar el malestar. Brené Brown, investigadora y profesora, decía que “lo que menos necesitamos en la mitad de un padecimiento emocional es sentir vergüenza por ser humanos”. Y, es precisamente por esto que es tan importante poder contar con un grupo de apoyo, o incluso con una persona que pueda escucharte sin juzgarte. 
  2. Las vendas y las curitas nos ayudan a cubrir las heridas para prevenir que se ensucien o que se infecten, el equivalente a nivel emocional sería nuestra capacidad para poner límites. No permitir que los deseos o expectativas de otros, invadan nuestro espacio emocional. En momentos de pandemia quizás debamos que poder ponerle límites a la cantidad de noticias que consumimos, a la cantidad de trabajo que aceptamos y a las ideas rumiativas que invaden nuestro pensamiento.
  3. El termómetro es un instrumento que nos ayuda a medir la temperatura de nuestro cuerpo, y nos deja saber cuándo hay una infección en nuestro cuerpo. De la misma manera, en momentos difíciles, es importante que mantengamos control de nuestra temperatura emocional. Desarrolla la autoobservación de nos ayuda a identificar cómo nos sentimos, cuán afectados podemos estar y cuando necesitamos pedir ayuda. 
  4. El jabón y el agua oxigenada nos permiten limpiar las heridas, y aunque en ocasiones implique un poco más de dolor, es un dolor que nos ayuda a estar mejor. Lo mismo ocurre cuando hablamos de nuestras emociones. Todos sabemos que hablar es altamente reparador, porque nos ayuda identificar lo que sentimos, a ponerle nombre y a entender nuestra mente desde la curiosidad y no desde el miedo. Y aunque a veces revisitar estas heridas y hablar de ellas puede ser doloroso, sabemos que es en favor de nuestro propio crecimiento. 
  5. Las bolsas de hielo y pomadas antiinflamatorias nos ayudan a prevenir la hinchazón cuando nos golpeamos, igual que las rutinas de autocuidado nos ayudan a liberar la tensión del día a día. Lo cual nos permitirá estar en mejor condición emocional cuando nos toque lidiar con una crisis más grande.  
  6. El último elemento del botiquín sería la resiliencia, que es la capacidad que tenemos los seres humanos que nos permite afrontar a la adversidad, construir, crecer y aprender a través de la crisis. En momentos como estos debemos fortalecerla de manera consciente día a día.

Y definitivamente no todos los botiquines serán iguales, porque todos hemos vivido situaciones distintas que nos han ayudado a equiparnos con diferentes herramientas emocionales. Lo importante es poder trabajar en desarrollar aquellas que nos pueden ayudar a lidiar con los momentos difíciles de una manera saludable.  

Debemos aprender a mirarnos, a mirar hacia adentro pero también a mirar al otro desde la amabilidad, desde la humildad y desde la humanidad. Seamos parte de este movimiento que reconoce y atiende sus necesidades emocionales. Rompamos con el miedo que nos paraliza, y movilicémonos hacia el cambio. Hoy, trabajemos en construir nuestro botiquín emocional. 

En la fundación Relaciones Sanas hemos desarrollado un programa de primeros auxilios emocionales que busca educar a todo el que esté interesado en saber más sobre padecimientos de salud mental y cómo atender una situación de crisis. SI quieres saber más sobre el programa no dudes en escribirnos a fundrelsa@gmail.com