Por Beatriz Martinez, Psicóloga Clínica
Cualquier enfermedad representa una amenaza para nuestra salud física y nos confronta con la realidad de que somos mortales. El coronavirus es la nueva enfermedad que nos causa ansiedad, miedo, nos separa de nuestros seres queridos y en algunos casos, atenta contra nuestra vida. Las pérdidas humanas producto de esta enfermedad figuran en los medios de comunicación y es indiscutible que están por encima de cualquier otra pérdida. Sin embargo, las pérdidas emocionales producto del coronavirus tienen un impacto importante en nuestra salud mental y emocional, y no deben ser ignoradas.
¿Cuáles son algunas pérdidas emocionales?
Quizás estabas organizando tu boda, o estabas por graduarte de la universidad y estabas ilusionado con la ceremonia. O, quizás, acababas de empezar un negocio o un proyecto personal para el que habías trabajado duro. Tal vez, estabas por mudarte a otro país, después de mucho tiempo planeándolo y ahorrando. Quizás eres un adolescente y sientes que estás perdiendo tiempo de ser joven que no vas a poder recuperar. Tal vez, eres abuelo y piensas que estás perdiendo momentos importantes del desarrollo de tus nietos por no poder verlos.
Se escuchan muchos mensajes que intentan ser optimistas, “podría ser peor”, “agradece que tienes salud”, “enfócate en lo que en realidad importa.” Aunque bien intencionados, estos comentarios pueden hacer sentir a la persona que los recibe que no hay espacio para la expresión de sus emociones difíciles producto de la situación actual: esas emociones ligadas a la pérdida de oportunidades – rabia, tristeza, decepción, frustración, desesperanza.
En estos momentos muchas personas sienten que les han sido arrebatados muchos de sus planes. Tenían expectativas, sueños y proyectos que al menos por el momento han tenido que poner en pausa y que quizás no puedan reanudar. Aunque es importante mantener la perspectiva ante la situación, también es importante abrir el espacio para sentir aquellas emociones difíciles producto de las pérdidas emocionales y la incertidumbre.
En la crisis actual del coronavirus, añadido a la pérdida está la culpa: ¿Cómo puedo sentirme así cuando otros están peor que yo?
¿Cómo manejarlo?
Los más sano es aceptar que hay experiencias y oportunidades que quizás hemos perdido por la situación actual e identificar cómo nos sentimos ante esto. Seguramente “podría ser peor”, pero esa pérdida que alguien puede sentir ahora mismo es real y representa un duelo.
Como ante cualquier duelo, la persona puede pasar por las etapas de negación (“esto no me puede estar pasando”), ira (“¿por que a mi? ¿por qué ahora?”), negociación (“quizás hay una manera”, aunque sea irracional), depresión (imaginar cómo hubiera sido, perder la motivación.)
Para superar un duelo exitosamente es necesario llegar a la etapa de aceptación eventualmente. Y, para llegar a esta etapa, hay que reconocer la magnitud de la pérdida y ponerse en contacto con las emociones que esta pérdida produce.
Es válido sentir que una oportunidad o experiencia te ha sido arrebatada. Es válido enojarse, buscar culpables, desmotivarse y llorar la pérdida. Pero más allá de ser válido, es necesario. Es crucial pasar por el proceso de duelo para no quedarse estancado en la pérdida. Si no aceptamos las pérdidas y las lloramos, no podremos reconstruir cuando pase la crisis.
Sé compasivo contigo mismo y con otros. Estamos pasando por una situación sin precedentes. Tus emociones ante esta situación son importantes, son válidas y no te deberían hacer sentir culpable.