¿Cómo tener una relación sana con las redes sociales?

Por: Edgar Valderrama, psicólogo y voluntario de Fundación Relaciones Sanas @psicedgarv

Desde hace mucho tiempo, la tecnología, el internet y las redes sociales, han tomado gran parte del terreno en la vida social y emocional de un alto porcentaje de la población mundial. Cada día aumenta su popularidad y sus usos para amplios y distintos objetivos en medio de la masiva demanda de las personas para lograr un fin en común.

Aterrizando en la temporada donde nos encontramos actualmente, en medio del confinamiento y el distanciamiento entre los individuos, las redes sociales han adquirido un lugar importante en la vida de las personas.

Se puede resaltar que las redes sociales tienen una relevancia en la vida de las personas, mediante su utilidad, simpleza y alcance en aspectos notables e importantes en las áreas sociales, laborales y económicas.

Es considerable recordar y tener presente que en un estudio realizado por Hootsuite y We are Social, se estima que existen alrededor de 3.48 mil millones de personas activas en las distintas redes sociales.

Esto corresponde a un 45% de la población mundial, estas cifras fueron arrojadas en el año 2019, lo cual es casi probable que el índice de usuarios haya aumentado en el año en que nos encontramos debido también a la necesidad existente. Donde, se puede encontrar que la edad promedio en la cual el uso de redes sociales es más efusiva viene siendo desde los 16 hasta los 24 años de edad. 

¿Cuál es la relación de los jóvenes con las redes sociales?

Esto nos deja el panorama más claro y a la vez más delicado, del fenómeno emocional al cual los jóvenes en la edad adolescente tienen que enfrentar diariamente. Es fundamental recordar que la adolescencia es una etapa de transición donde la persona va a experimentar cambios físicos, sociales y emocionales. Se encuentran en el inicio de un gran maratón personal donde luchará de forma constante y esforzada para encontrar su identidad, propósito de vida, aliviar sus inseguridades, crear una confianza más firme en sí mismo/a, recobrar el sentido de pertenencia, aumentar su capacidad para tomar decisiones, tener un manejo saludable de sus emociones, entre otros aspectos importantes incluidos en el proceso. 

Tomando en cuenta lo antes propuesto, es conveniente mencionar que las redes sociales traen consigo un componente emocional bastante fuerte y aún más en la etapa donde se encuentran. Las mismas, pueden llegar a tener un impacto crucial en la formación de la identidad, manejo de emociones, criterio propio, autoestima del joven y sociabilidad, lo cual repercutirá en el futuro de manera inapropiada trayendo consigo consecuencias negativas. 

¿Cómo se le puede dar un uso saludable a las redes sociales?

El uso de las redes puede ser ampliamente variado; desde negocios, diversión, farándula, estudio, noticias, entre otros.

Utilizar las redes de forma sana en los jóvenes es donde se puede notar que no existe una dependencia tanto física como emocional. Que se puede ver relacionada con el exceso de tiempo invertido en las redes, es donde nos damos cuenta que tenemos que independizarnos de lo que aparece en las pantallas y diferenciarlo con la realidad que vivimos. Al igual, que tener la actitud de reconocer primero cual es el objetivo del uso de las redes, evaluar el contenido que consumimos de forma frecuente, y también las personas que interactúan con nosotros.

Todo esto de manera unificada, si no se toma conciencia de la importancia que esto conlleva, puede traer desequilibro en la vida emocional de muchos jóvenes, al ser expuestos constantemente a algo que en cierta manera es superficial, y tiene un efecto directo en muchas áreas de la vida. 

Herramientas aplicables  y puntos a considerar para lograr un manejo saludable y efectivo de las redes sociales.

Dirigido a los padres: 

  • Definir espacios familiares de recreación y diversión sin ningún tipo de objetos tecnológicos.
  • Colocar límites sanos por medio de horarios de usos de las redes sociales, y muy importante dejar de usarlas a altas horas de la noche.
  • Como padres, tener una actitud empática y de compresión para brindarle un espacio seguro al joven a fin de conocer el “por qué” y “para qué” utiliza sus redes y cómo podemos guiarlos de la manera más efectiva.
  • Ayudar al joven a que pueda ver los aspectos positivos de las redes sociales y utilizarlos de forma productiva para conseguir resultados favorables en cualquier área en la que se desempeñe. 
  • Estar alerta a los cambios de conductas, lenguaje y señales emocionales que el chico o la chica presenten y así poder contenerlos y ayudarlos. 
  • Si se nota algún exceso, dependencia y dificultad de abstinencia, es necesario buscar ayuda con algún profesional de la salud mental para guiar el caso y darle una atención más profunda. 

Dirigido a los adolescentes: 

  • Identificar y analizar el contenido que están consumiendo.
  • Llegar a puntos de reflexión donde valoremos si lo que vemos y hacemos en redes nos aporta algún valor a nuestra vida.
  • Enfocarnos en lo realmente importante para nuestra salud.
  • Hacer un buen equilibrio e inversión de tiempo entre las actividades que podamos tener (tareas, clases y llamadas online, actividad física, etc).
  • No sobre cargarnos de información que al final puedan generar pensamientos incómodos en nosotros mismos.
  • Hacer una evaluación intensa de las personas que sigo y me siguen. Recuerda que en las redes parte de tu vida, deja de ser tuya. 
  • Tener un cuidado consciente de lo que subimos, compartimos y le colocamos un “me gusta”. 
  • Evitar compararnos con las personas. Al contrario, tener una actitud auténtica, vulnerable y humilde, para reconocer el valor y lo que hacen los demás, y así tomar los aspectos positivos que agreguen valor a nuestra vida.

Cuidemos nuestros límites con la tecnología y cuidemos a nuestros jóvenes, también.