Por: Florencia Quiroga, psicóloga y ex Coordinadora del Programa SanaMente @psic.florquiroga
Hablar sobre el suicidio suele generar muchísimos estados emocionales distintos, entre ellos el miedo, duda y hasta mucha confusión. Algunas de las preguntas más escuchadas son ¿debo hablar sobre el suicidio? ¿es bueno hacerlo? ¿Si hablo, estaré dando ideas? Esto hace que muchas veces nos paralicemos antes de hablar, lo pensemos dos veces y decidamos no hacerlo “por las dudas”.
Para poder ir respondiendo un poco todo esto, lo primero es decir que SI se debe hablar sobre el suicidio, es importante que nos atrevamos a hacerlo y se debe hablar de forma abierta y clara, sin titubeos, sin eufemismos y sin indirectas. Hablarlo abiertamente es bueno, ya que pondrá en palabras la realidad que enfrentan miles de personas al año*, además que permite que se haga prevención de una manera adecuada.
Pero, seguramente te estás preguntando Ok, debo hablar claramente, pero ¿cómo hacerlo? ¿cómo pregunto? ¿y si me dice que lo está pensando, qué hago?
La forma de hablar sobre el suicidio es de manera abierta, clara, sin filtros. Cuando sospechamos que alguien puede estar pensando en el suicidio debemos hacerlo de manera directa.
Quien está pensando en el suicidio, no está queriendo llamar la atención, no le agrada esta opción, sufre mucho, se angustia mucho, pero no encuentra otra solución al dolor que lleva consigo, dolor y sufrimiento que viene aguantando hace mucho tiempo y muchas veces en silencio.
Por eso, si vemos que alguien cercano a nosotros está sufriendo, habla sobre la muerte o ha cambiado mucho en el último tiempo, debemos preguntarle como se encuentra y permitirle desplegar lo que le está pasando, no interrumpirlo, no juzgarlo, no regañarlo ni minimizar su sufrimiento. Al contrario, dejarlo hablar y ofrecerte estar ahí para el o ella, brindarle un espacio de contención donde se sienta seguro para hablar esto que le genera tanto miedo y dolor.
Si sospechamos que puede estar pensando en el suicidio como opción, preguntárselo, no tener miedo, ser directos, preguntarle si lo ha considerado, si tiene un plan (si ha pensado método y día), y permitir que hable sobre esto abiertamente. Escucharlo y validarle lo que siente va a permitir que la persona pueda escucharse a sí mismo y al mismo tiempo sienta que alguien lo comprende y está ahí para acompañarlo y entenderlo.
A diferencia de lo que muchas veces se piensa, de que preguntar y hablar sobre el suicidio va a “recordarle” a la persona esta opción o va a reforzar la idea, está comprobado que cuando se habla sobre el suicidio con alguien generalmente la ideación baja. ¿por qué sucede esto? Justamente porque encuentra en otra persona alguien que se interesa por él, que le pregunta cómo está y que se presta para ayudarlo a encontrar una solución a su dolor intenso.
La persona que está sufriendo, muchas veces siente y piensa que está solo, que no cuenta con nadie, que no lo entienden o que su ausencia no va a hacer diferencia. Por eso, hablar abiertamente sobre el suicidio y sobre lo que siente es tan importante, porque le permitirá ver que no está solo, que no tiene que pasar por ese dolor solo y que tú y muchos más, estamos aquí para escucharlo.
Es importante que no guardes el secreto, por más que te lo pida, y que pueda recibir ayuda profesional lo más pronto posible. Si se encuentra en un estado en el que pienses o te diga que lo está por hacer, es muy importante que no lo dejes solo, trata de mostrarte calmado y acompáñalo o llama a alguien que pueda acompañarlo a la sala de urgencias de un hospital, donde un profesional de la salud mental lo pueda atender y contener.
Recuerda que el suicidio se puede prevenir!
*800 mil personas al año, 1 persona cada 40 segundos se suicida. En Panamá, según datos del Ministerio Publico hubo 202 suicidios en el año 2022.