El rol del padre en la vida adulta

Por: Mgtr. Stephanie Vizuette, Psicóloga clínica y de la salud

El diccionario de la Real Academia Española define “padre” como aquél que ha engendrado o adoptado una función paternal. De manera que el ser padre trasciende el sentido biológico o reproductivo. Un padre es una figura de apoyo y seguridad absoluta que promueve una mayor autoconfianza, personalidad, autonomía; además de la adquisición de valores sociales y el desarrollo moral. Todas éstas, herramientas necesarias para la vida adulta.

La paternidad puede adoptar muchas formas. Un padrastro, un abuelo, un tío o un padrino pueden ser lo más parecido a un padre en la vida de una persona. Sea cual sea la forma que adopte una figura paterna, ésta es una influencia enormemente positiva para un joven. Al igual que con las madres, es más probable que una persona desarrolle un estilo de apego seguro si tuvo un padre lo suficientemente sensible y receptivo a sus necesidades.

Cuando los hombres cuidan a sus hijos, tienden a interactuar, nutrir y, en general, criar a sus hijos de manera eficaz, pero diferente de las mujeres. No peor, no mejor, sino diferente (Pruett, 2001). Las investigaciones demuestran que los padres tienden a pasar un mayor porcentaje del tiempo interactuando con sus hijos a través del juego; y éste se caracteriza por interacciones más activas y estimulantes, lo cual promueve en los hijos mejores relaciones interpersonales, mayor confianza en sí mismos y mejores habilidades de afrontamiento y aprendizaje (Pruett 2001, 2009).

Por otra parte, los estudios disponibles sugieren que la presencia paterna y la cercanía siguen siendo importantes para el bienestar psicológico en la edad adulta. Por ejemplo, los hijos adultos que describen la relación con sus padres como “positiva” o suficientemente buena tenían más probabilidades de adoptar rasgos de personalidad similares a sus padres (Long et al. 2014). En otras palabras, a medida que los hijos crecen y se acercan a la edad adulta, buscan el consejo y la orientación de los adultos que forman parte de sus vidas. Muchos adolescentes y jóvenes adultos ven en sus figuras paternas un referente de cómo deben comportarse los hombres. Un adolescente o un hombre joven puede modelar su trato a las mujeres según su figura paterna. Asimismo, una adolescente o una mujer joven puede esperar de un hombre el mismo nivel de respeto que ha experimentado de su figura paterna.

Tomando en cuenta la información que hemos visto de las investigaciones mencionadas previamente, podemos concluir que:

  • Los padres y las madres influyen en sus hijos de forma similar; la calidez, el cariño y la cercanía se asocian a adultos mejor adaptados y saludables.
  • Las características de los padres de forma individual (por ejemplo, masculinidad, intelecto) son mucho menos importantes que la calidad de la relación establecida; los hijos que tienen relaciones seguras, de apoyo, de reciprocidad y sensibles con sus padres obtienen mejores resultados en todas las áreas.
  • Los padres desempeñan diversas funciones dentro de la familia: crianza, protección, disciplina, sustento, soporte emocional y compañero de juegos.
  • Los padres influyen en el desarrollo y la adaptación de sus hijos en proporción a su eficacia en el desempeño de todas estas facetas.