ENSEÑEMOS A NUESTROS HIJOS A AUTOPROTEGERSE

No existe deseo más grande para una madre y un padre que poder proteger a sus hijos de cualquier situación peligrosa, frustrante o desagradable. La realidad es que existen situaciones externas que no podemos controlar las 24 horas del día; sin embargo, uno de los mejores regalos que podemos ofrecer a nuestros hijos son herramientas para que puedan tomar sus propias decisiones llevándose dentro de ellos un poquito de nuestro cuidado.

Los niños suelen ser ingenuos, por lo que tenemos que enseñarles, poco a poco sin asustarlos y sin dejar de lado los límites y la disciplina, que existen situaciones de peligro de las que ellos pueden protegerse. La siguiente información les ayudará a darles estas herramientas:

  • Es indispensable que les enseñemos a los niños desde pequeños a identificar sus emociones. Esto se realiza reflejándoles día a día lo que ellos pueden estar sintiendo. Por ejemplo: Te puso bravo que no te comprara el chocolate, Estás feliz porque vamos a un cumpleaños, etc. Identificar las emociones es el primer paso para que ellos puedan diferenciar lo bueno de lo malo.
  • Debemos explicarles que existen tipos de contacto buenos y malos. La manera de distinguir una caricia buena de una mala es prestando atención a cómo ésta les hace sentir. Por ejm: Si tu mamá te da un abrazo probablemente te sientas feliz, querido y cómodo; pero si una persona extraña te da un abrazo probablemente te sientas incómodo porque no es apropiado abrazar a extraños. Cuando una persona toca a un niño de una manera en que lo hace sentir triste, bravo, asustado, confundido o preocupado estamos hablando de una caricia mala.
  • Al igual que con las caricias tenemos que hablar con ellos sobre los secretos buenos y malos. Los secretos buenos son las sorpresas (mañana le daremos un regalo a mamá por su cumpleaños) y los secretos malos son las amenazas (si le cuentas a alguien te voy a pegar). Los secretos buenos te hacen sentir feliz y emocionado, los secretos malos asustan y te hacen sentir que si los compartes te pasará algo malo. Es importante recalcar que cuando sientan que es peligroso contar un secreto es cuando más tienen que hablarlo. Los adultos o niños mayores no deben tener secretos con los niños más pequeños.
  • Es importante mostrarles lo que pueden hacer cuando alguien les da una caricia mala o les cuenta un secreto malo. Los siguientes pasos pueden ayudar:

 

  1. Decir NO: Cuando una persona te quiera obligar a guardar un secreto malo o te quiera dar una caricia mala debes decir que no firmemente.
  2. Ir a un lugar seguro: Un lugar seguro es un lugar donde encuentres personas que te puedan ayudar. No es un lugar solitario, ni un escondite. Estos últimos solo pueden exponerlos a más peligro.
  3. Contarle a un adulto que te pueda ayudar: Identificar con los niños a personas que los pueden ayudar en diferentes lugares. Realicen el ejercicio preguntándoles quiénes los podrían ayudar en el salón de clases, en el recreo, en el ballet o fútbol, en la casa, etc.
  • Es importante hablar con ellos sobre sus partes privadas. Tenemos que informar a los niños para que estén orientados correctamente. Se les puede explicar que las partes privadas son las que están debajo de la ropa interior. Así como cuidamos nuestro cabello lavándolo y cortándolo, la piel usando jabón y protector solar, los ojos usando lentes de sol, tenemos que cuidar las partes privadas. Nuestro cuerpo debe ser respetado desde que nacemos, así como debemos respetar el de los demás. Para que un niño pueda cuidarlas debe saber que nadie debe tocar ni ver sus partes privadas a menos que:

 

  1. No se puedan vestir solos y necesiten ayuda.
  2. Tengan alguna infección o molestia y necesiten que les ayuden a ponerle medicina o ir al doctor.
  3. No sepan bañarse solos y necesiten ayuda.
  4. No sepan ir solos al servicio y necesiten ayuda.

 

Fuera de estas situaciones nadie (ni siquiera los padres) debe ver ni tocar las partes privadas de un niño ni él debe ver ni tocar las de las demás personas. Nótese que estoy haciendo énfasis en las situaciones y no en la persona que puede hacerlo. Debemos recordar que muchas veces el abuso viene de familiares.

  • Debemos prestar atención a mensajes que en ocasiones damos con la mejor intención que pueden favorecer este tipo de situaciones, como: Los adultos siempre tienen la razón, los adultos nunca se equivocan, siempre debemos hacerles caso, nunca se les debe decir que no.
  • Desarrolle un plan de acción con su hijo sobre lo que pueden hacer en caso de que se pierda. Ejm: Quedarse en el lugar en que se pierde para que usted lo busque, esperar en la caja, etc. Salir de la tienda, ir al estacionamiento, dar vueltas en el local no son opciones seguras. Enséñele su teléfono o escríbaselo en un lugar que tenga accesible para que sepa donde llamarlos en caso de una emergencia. Asegúrese de que se sepa su nombre para que sepa por quien preguntar cuando llame.
  • Explíquele que bajo ninguna circunstancia debe irse con ninguna persona si usted no le ha dicho que se puede ir con él o ella.
  • Cuando quiera dejarlo en casa de otra persona asegúrese de conocer primero a las personas que viven en el lugar y preste atención al “feeling” o sentimiento que estas personas le trasmiten. Observe si los padres son cuidadosos con sus propios hijos, la relación de los niños con sus hermanos, entre otras cosas. Si algo le preocupa entonces invite a sus amiguitos a su casa en vez de dejar a su hijo en las de estas personas.
  • Evite vestirse, bañarse o estar desnudos frente a los niños. Si su pequeño o pequeña quiere entrar mientras usted se está vistiendo dígale en un tono tranquilo (sin alarmarse) que lo espere un momento hasta que se termine de vestir. Esta es la primera oportunidad de introducirles el concepto de privacidad.
  • A los cuatro años se despierta la curiosidad por la sexualidad y el cuerpo. Vigile sin ser invasivo el juego de sus hijos y amiguitos, sobre todo cuando son con niños mayores.
  • Recálquele a su hijo que usted siempre estará a favor de su seguridad y bienestar.
  • Si su hijo le cuenta que fue molestado o tocado escúchelo y busque ayuda profesional para que tenga una guía sobre cómo manejar la situación. Los niños no tienen este tema en mente; lo expresan solo si han escuchado, visto o experimentado alguna situación relacionada, así que preste atención. En ese caso pueden dirigirse a la Fundación Unidos por la Niñez, a la Fundación Relaciones Sanas o a cualquier psicólogo.

 

Quiero aclarar que con estas recomendaciones el objetivo no es sobreproteger a sus hijos, asustarlos, quitarles su inocencia, ni enviarles el mensaje de que el mundo no es un lugar seguro para vivir. El objetivo es que aprendan a disfrutar el mundo tomando las precauciones necesarias, dándoles herramientas para que puedan tomar sus propias decisiones favoreciendo su seguridad.

 

Andrea Jara

Psicóloga Clínica

Coordinadora del Programa de Facilitación de Apego Madre-Infante de la Fundación Relaciones Sanas