Hijos: el reflejo de nuestros valores en casa

Por: Tomás Rincón, Psicólogo y Voluntario FRS

El rol de los cuidadores en el proceso de desarrollo y búsqueda de identidad de nuestros pequeños juega un papel fundamental en la sana adaptación al ambiente escolar, es preciso mencionar que cada comportamiento, costumbres o visión del mundo queda impregnada en nuestros hijos originándose desde lo más profundo del hogar y los modelos de crianzas que hayan adquirido a lo largo de su convivencia. Esto siendo una gran base para interpretar las relaciones con sus pares en el colegio, puede ser una mejor protección y prevención de futuras conductas disruptivas. 

Una demostración de empatía de parte de un miembro del hogar que admiren, puede ser: Ver cómo está persona trata con respeto a otros sin conocerlos, porque piensa que todos merecemos sentirnos respetados. Esta será una gran oportunidad de enseñar aún más duradera que mencionarlo a diario. Ya que se ha demostrado que modelar lo que deseamos trasmitir crea mejores conexiones interpersonales. 

Una persona que haya aprendido a comportarse de cierta forma en su hogar buscará repetir estos patrones a lo largo de todas sus relaciones en las que se vea expuesta y muchas veces los patrones no irán de acuerdo a las sanas reglas de convivencia. Sin embargo, lo positivo de esto es que la situación también funciona de una manera contraria, pues si lo aprendido es funcional y adaptable a los diferentes grupos sociales en el mundo escolar, será una gran ventaja para el buen desempeño de nuestros hijos. 

Siempre hay que recordar: 

  • Lo aprendido en el hogar será posiblemente reflejado en el mundo fuera de este. 
  • Nuestros hijos están absorbiendo toda la información a su alrededor para así formar sus propios códigos de comportamiento. 
  • Es mucho más precioso aprender del comportamiento de nuestros cuidadores que de lo que se dice.

Se puede imaginar esta idea cómo un gran espejo mágico cuyo Yo del otro lado imitará cada cosa que hagamos, pero con el tiempo reproducirá eso que aprendió fuera de nuestro alcance. Cuidar los valores, saber que en todo momento una persona aprende de nosotros y la guiamos es una buena oportunidad de trasmitir mensajes que lleguen a generaciones.