Escrito por: Nicole de Hanono, Psicóloga Clínica
La figura paterna es esencial en el desarrollo de la personalidad de los niños. Pero, ¿qué pasa cuando el padre existe, pero no está presente? Esta ausencia del padre es una luz roja que debe considerarse como una de las principales causas de muchos problemas sociales que enfrenta nuestra sociedad.
Se solía pensar que un padre ausente era un padre que había muerto o un padre que había abandonado el hogar. Hoy podemos decir que nuestra sociedad se enfrenta a una ausencia paterna más compleja, una ausencia en donde el padre puede estar físicamente presente, sin embargo no está emocionalmente disponible. La presencia física no basta, ser padre es algo mucho más profundo.
¿Qué hace a un papá presente emocionalmente?
Un padre emocionalmente disponible no es un espectador en la crianza de los hijos, es un actor principal. No es aquel que únicamente se preocupa por trabajar para poder pagar la casa, la escuela, la comida. Es aquel que está pendiente de las necesidades emocionales de su hijo, es aquel que brinda cariño y comprensión, aquel que ofrece un espacio en donde los hijos se sienten amados, escuchados y comprendidos.
Estos papás no dejarían pasar algún acontecimiento importante de la vida de sus hijos porque están ocupados o tienen otras cosas que hacer. Estos papás hacen tiempo en sus agendas para jugar un partido de fútbol, leer un cuento, armar un rompecabezas, jugar un juego de mesa o sentarse a pintar en una hoja de papel. Y, lo hacen con gusto porque además de ser un tiempo valioso para ellos, reconocen que es de gran importancia para sus hijos.
En la vida de los niños, el lugar de un padre es tan importante como el de la madre, a pesar de que el primer vínculo de apego sea el materno. La teoría del apego, desarrollada por John Bowlby, postula una necesidad humana universal para formar vínculos afectivos estrechos. Crear este vínculo es una de las tareas más importantes después del nacimiento de un hijo. Para que esto ocurra, mamá y bebé necesitan tranquilidad y contención. Cuando el bebé llora transmite su angustia a la madre y ella lo contiene. El padre juega un rol muy importante en este momento, pues es él quien tiene la posibilidad de contener la angustia de la madre para que esta pueda hacer lo mismo con el bebé. Al sentirse cuidada y comprendida por su pareja podrá cuidar mejor a su bebé.
¿Cuál es el impacto emocional de una figura paterna?
En este periodo se desarrolla una relación muy particular entre el bebé y su madre, es la primera relación, la cual servirá de modelo para todas sus relaciones en el futuro. Sin embargo, luego de un tiempo esta relación debe ser interceptada por el padre. Con su presencia realiza una función de corte en el vínculo de la madre y su bebé, instaura los límites, se convierte en el representante de la ley. De esta manera podemos decir que gracias a la figura paterna, el bebé se separa de la madre y empieza a ver que puede relacionarse con otros a su alrededor. Empieza a identificarse como un ente independiente. El padre, de este modo es responsable de dirigir al niño hacia el amplio mundo de personas y objetos, fuera de su madre.
Siendo el padre el encargado de instalar los límites y las leyes podríamos decir que su ausencia tiene grandes repercusiones. Las consecuencias pueden ser devastadoras, al no estar presente en la vida del niño a este le costará más trabajo reconocer y aceptar los límites. Esta puede ser una explicación al aumento de la violencia en nuestra sociedad, pues se ha demostrado estadísticamente que existe una relación directa entre ausencia de padre y delincuencia juvenil.
Es importante mencionar que cuando hablamos de padre, estamos incluyendo la figura paterna. Que puede ser un hermano mayor, un tío, un abuelo, maestro o cualquier hombre emocionalmente sano y compasivo que forme parte de la crianza de nuestros hijos.
Todo esto nos hace reflexionar acerca de la importancia que tiene la figura del padre en el desarrollo afectivo de los niños. Aunque tradicionalmente se le ha dado a la madre el rol protagónico en la crianza de los hijos, la presencia del padre es igual de importante en todas las etapas de su desarrollo, aunque su función sea distinta.
A continuación unos cuantos consejos para estar más presente en la vida de tus hijos:
Dedícale tiempo: Los niños son muy sabios y saben que dedicas tu tiempo a las cosas que son importantes. Dedícales tiempo y les demostraras que ellos son lo más importante para tí. Es muy importante buscar un tiempo para jugar con ellos, sin teléfonos ni dispositivos electrónicos, los niños saben cuando verdaderamente estás ahí y cuando tu mente está en otro lado.
Demuéstrale tu cariño: Como padre usted está seguro del amor por sus hijos, sin embargo es prudente preguntarse cómo está demostrando su amor por ellos. Ellos necesitan y deben saber cuánto se les quiere, verbalícelo y expréselo con muestras de afecto, abrazos, besos. Esto es fundamental tanto para la salud física como emocional del niño.
Disciplínalo con amor: Es importante estar consciente de que el disciplinar a un hijo no es gritarle o abusar de él físicamente. La disciplina va de la mano con el amor y el respeto. El amor de un padre no debe ser condicionado por una conducta indeseada. Esto puede crear en el niño una profunda inseguridad. Recuerde siempre que el objetivo es enseñar y no castigar. Cuando usted reacciona violentamente, le está transmitiendo a su hijo que con la violencia se resuelven los problemas.
Acéptelo como es: Muchos padres tienden a pensar que los hijos son extensiones de ellos mismos. Claro está que los hijos se parecen en muchos aspectos a sus padres, sin embargo los padres deben ser capaces de ver a su hijo como un ser único con identidad propia, digno de ser aceptado incondicionalmente. Evite las comparaciones, y cuide de no proyectar sus propios deseos insatisfechos en sus hijos.
Enséñale con tu ejemplo: Los niños aprenden por imitación, son muy buenos observadores. Como papá, tú eres el modelo a seguir. Tus hijos imitarán tu comportamiento, lo quieras o no. Se congruente en lo que dices y lo que haces. Expresa tus sentimientos, esto los ayudará a identificar y expresar sus propios sentimientos, abrirá un espacio de comprensión y comunicación en el hogar. Escúchalos, háblales, modela la empatía y los ayudarás a desarrollar una sensibilidad social que los convertirá en mejores ciudadanos.
Por último asegúrate de crear recuerdos en la vida de tus hijos. Las memorias tienen un lugar importante en la vida de los niños, los buenos recuerdos te ayudan a sobrellevar los momentos difíciles. A veces los padres tienden a sentirse culpables por no pasar suficientemente tiempo con sus hijos y por ende los llenan de regalos.
El mejor regalo que le puedes dar a tu hijo es tu tiempo, regálale momentos, estos son lo que lo acompañaran por el resto de su vida.