La pregunta que puede salvar una vida

Escrito por: Jonathan Fonseca, psicólogo clínico de niños y adolescentes (@psic.jonathan)

¿Has pensado en quitarte la vida? Es una pregunta que te hago a ti, que me lees detrás de la pantalla.

¿Qué sentiste al leer esta pregunta? Me imagino que angustia, miedo, incomodidad.

Es una pregunta para que reflexiones en ti mismo (a)  por si ha habido algún momento de mucho dolor, tristeza, estrés en que se te ha pasado por tu mente en quitarte la vida. Y es normal que muchas personas piensen sobre su muerte (qué pasaría si yo no estuviera, qué pasaría si yo muriera) pero preocupa cuando este pensamiento, sube, sube, da vueltas en tu cabeza. Y, luego viene el intento y luego el acto.

Al hacer la pregunta, ¿recordaste un amigo, un familiar, de una persona que murió por suicidio? ¿Qué pasaría si hicieras esta pregunta a tus amigos, familiares y allegados? ¿Te atreverías a hacerla?

Cuando empecé a entender la importancia de esta pregunta

Hace 13 años, no tenía en mente esta pregunta que pudo haber sido muy importante.  Estaba en el último año del colegio, y una amiga, un día estaba distraída, mirando vaciamente. La noté rara en la mañana y en la tarde. Recuerdo que ese día, era el día del estudiante (acá Panamá se celebra en octubre). En diciembre ya nos estaríamos graduando. Le pregunté si le pasaba algo y me dijo que no.

En la noche de ese día, otra amiga en común me llama a mí y me dice que mi amiga había muerto por suicidio. En ese momento sentí mucho dolor, mucha culpa y mucha rabia también.  Al día siguiente, fue muy difícil para toda la promoción digerir esto. El colegio lo manejó muy bien ya que pudimos despedirnos de ella, pero nunca de forma personal y en vida.

¿Qué pasaría si hubiese hecho la pregunta en ese momento?

No lo sé, tal vez la historia hubiese sido diferente. Eso es lo que quiero compartir contigo, que te animes a hacer la pregunta. Esta pregunta, claro que genera mucho miedo, incomodidad, ansiedad y malestar al hacerla. Me imagino que a ti también te genera estrés solo con pensarla.

Nadie quiere hacerla por el miedo a escuchar su respuesta. 

Ahora te invito a que visualices a la persona que tú más amas, que tu más quieres en esta vida. Va a ser fuerte lo que te preguntaré.

¿Qué sentirías si esa persona muere por suicidio?

Me imagino que con mucha rabia, mucho dolor, un desgarro en el corazón y en el alma. 

Por eso, tenemos la responsabilidad de hacerla, Tenemos la responsabilidad de hacerla. Porque según la Organización Mundial de la Salud, al año mueren más de 800 mil personas por suicidio. Es decir, una persona cada 40 segundos. Por cada muerte por suicidio hay aproximadamente 20 intentos. 

Quiero compartir contigo 5 pasos que te ayudarán a hacer la pregunta.

  1. Observar: Te invito a que cuando estés con tus amigos observes su conducta y si ha habido cambios. ¿Has visto que alguien toma más de lo debido? O, ¿está consumiendo otras drogas?¿Has visto que tu amigo ya no participa de los deportes en que compartían juntos? ¿O ya no va a fiestas? ¿Escribe mensajes de muerte implícito en las redes sociales? ¿Comenta que va a dejar todo en “orden”? ¿Dice que no sirve para nada, que es inútil? ¿Dice que no tiene planes a futuro, ha cambiado su apariencia, un día está triste y otro está muy feliz? ¿Tiene acceso a un arma? ¿Está muy triste por la ruptura de una relación?
  2. Hablar: Antes de hacer la pregunta, hay que preparar el terreno.  Asegúrate que hay tiempo y un lugar tranquilo para hablar. Mírale a los ojos, guarda tu celular y préstale toda tu atención.Puedes iniciar una conversación diciéndole lo que has visto. Oye te he notado como alejado, como triste, muy apagado, cuéntame ¿qué ha ocurrido?  Por ejemplo (cada persona es diferente). Si te dice “nada, todo ok”, no te confíes, sigue intentando porque te puede pasar como así con mi amiga que le pregunté y me dijo “nada”.
  3. Pregunta: Muchas personas piensan que si haces la pregunta, vas a depositar la idea en tu amigo o ser querido. Al hacerla, no incentivamos a tu amigo a que se quite la vida. Esta creencia es un mito. Lo que hacemos es que si tu haces la pregunta, abres – abrimos el espacio para que la persona dialogue, hable, y se crea ese espacio de conexión. Cuando ya hayas preparado el terreno, la lanzas, directo al grano, sin rodeos – has pensado en quitarte la vida o has pensado en matarte. Sin quitar, sin poner palabras. Así Tal cual.
  4. Escucha: Y si tu amigo dice que sí. Sí, lo he hecho, lo he pensado, lo he intentado. ¿Es duro, no? Te invito a que escuches de una forma atenta y empática con delicadeza. Diciéndole: estoy aquí, te escucho. No minimices lo que te cuenta con frases como “no pienses así” o “no es para tanto”. Recuerdo que si esta persona te lo confío, es porque está abriendo una ventana para recibir ayuda, ¡y eso es un buen primer paso! 
  5. Buscar ayuda: Es mucho mejor perder una amistad que perder a un amigo. Lo que queremos decir con esto, es que cuando alguien nos confía que su vida está en peligro, no podemos quedarnos con ese secreto. Aún si nos dice que nos va a dejar de hablar si lo decimos. Podemos tomar diferentes rutas: animar a que esa persona vaya a un profesional de salud mental, decirle a un familiar cercano, ir a urgencias con esta persona si está en riesgo de muerte inmediata o inminente (no le dejes ir sola o solo). 

 

 

Es mejor hacer esta pregunta  ya que los suicidios se pueden prevenir, pero no se pueden predecir.

Hay que estar pendiente de tus amigos, pon atención al ruido que tu sientes que no está bien, que hay algo mal, que tienes esa sensación, que algo cambió, que algo está diferente, ya que él o ella no eran así. Mira a ver qué es, sé curioso, métete con el otro.   Sigue tu intuición, y métete con ese amigo, ese familiar, ese compañero de trabajo que ves extraño, apagado o triste.

Somos seres humanos que compartimos un nacimiento y una muerte. Un inicio y un fin. Tú puedes convertirte en ese punto de luz que irradia en la vida del otro y que te han iluminado a ti también en algún momento. De eso se trata, de compartir la vida.

Si tu has pensado en quitarte la vida, recuerda que no estás solo. Para recibir ayuda puedes acudir al centro de salud u hospital más cercano, así como también puedes contactar cualquiera de las siguientes líneas de ayuda:

  • 169- Línea de apoyo emocional 
  • 831 7600 – Te escucho Panamá
  • 5236800- Instituto Nacional Salud Mental (INSAM)
  • 66749695- Cruz Blanca Panameña