Mañana lo hago: El arte de Procrastinar

Publicado por la Mgter. Tamara Simana de Zebede

Revista Like Panamá, Edición Noviembre – Diciembre 2016

MAÑANA LO HAGO,el arte de procrastinar
Procrastinar es aplazar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. Es el enemigo de la productividad. Mañana lo hago, es la frase emblemática de quienes poseen este hábito.

 

Con frecuencia escucho que las personas prefieren trabajar bajo presión porque así rinden más, y a pesar de que esto
pueda ser cierto para algunas personas, no es así para la mayoría. Otras razones para procrastinar pueden ser: distracciones, pereza, desorganización, falta de motivación, perfeccionismo, por mencionar algunas. Este mal hábito tiene más desventajas que ventajas.
Una de las desventajas principales es que no dejamos margen de error, es decir, que ocurra alguna eventualidad que impida que culminemos la tarea a tiempo. Varias semanas atrás una amiga me contó que después de haber trabajado todo el día su computadora colapsó y perdió toda la información. Luego de intentar hasta lo imposible, se dio cuenta que lo único que le quedaba era empezar nuevamente. El único problema era que el trabajo lo tenía que entregar a las 8:00am del día siguiente y
ya era la madrugada. Por supuesto que estaba agotada y el resultado fue un trabajo mediocre (sus propias palabras). Al dejarlo para último momento comprometió la calidad de su trabajo por falta de tiempo.

 

Otra desventaja que quizá sea aun más grave, es el estrés que produce estar a la carrera. Sabemos que el estrés tiene un impacto importante en diversos aspectos de nuestra salud: aumenta la presión sanguínea, se debilita el sistema inmunológico, se tensan los músculos, lo cual produce cansancio y dificultad para concentrarse.

Algunas herramientas que podemos utilizar para mejorar este mal hábito son:
• Planificar bien el tiempo y agendar nuestros pendientes para disminuir la posibilidad de procrastinar.
• Si la tarea es corta, hacerla de inmediato, ya que tomará solo unos minutos y no formará parte de la lista de pendientes.
• Dividir en segmentos, esto hace que la tarea se sienta menos abrumadora y garantiza minimizar la carga de trabajo para último minuto.
• Solo hazlo! Dar vueltas esperando a que la inspiración llegue no es el mejor plan, sobre todo porque el estrés eleva nuestro tono emocional y disminuye nuestra capacidad para pensar con claridad.
• Cuida tu tiempo productivo. Se pierde mucho tiempo con las interrupciones, si finalmente lograste sentarte a trabajar, trata de limitar lo más posible las distracciones.
• Aprende a decir no. Usualmente cuando aceptamos cosas que no queremos hacer, las procrastinamos.
• Por último, cree que puedes lograrlo. Muchas veces dejamos las cosas para después porque dudamos de nuestra capacidad para lograrlo y una vez que nos decidimos descubrimos que no era algo tan complicado.

Los dejo con un pensamiento de George Claude Lorimer “Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil. Aplazar una cosa difícil la hace imposible”. Recuerden, pequeños cambios hacen una gran diferencia.

 

MGTR. TAMARA DE ZEBEDE:
Psicóloga Clínica de niños, adolescentes, adultos y parejas. Profesora del Instituto Internacional de Psicoterapia IPI – Panamá.
Vicepresidenta de la Fundación Relaciones Sanas.