Mochila Emocional para la Familia

Escrito por Nicole Marques, estudiante graduanda de psicología (https://www.instagram.com/nicolemarquesm._/)

Esta semana iniciaron las clases escolares en Panamá y por ahora serán en una modalidad virtual. Es posible que, frente a la escolaridad virtual, la sensación sea que toda la familia asiste al colegio, ya que la clase se da en la casa y en ocasiones requieren de mucho apoyo y presencia de los padres comparado con la escuela presencial. 

Por tanto, considero es vital enfocarnos en aquellas herramientas que tiene la familia para afrontar esta situación y crecer en conjunto durante esta experiencia. En consecuencia, este año no solo es importante “equipar” la mochila emocional de los hijos/as que atienden a la escuela, sino también diseñar un maletín para toda la familia. 

El concepto de “mochila emocional” hace referencia a los útiles o herramientas emocionales y psicológicas que podemos usar para afrontar las situaciones difíciles y desarrollar una convivencia sana. Ahora, quisiera explorar en este escrito cuales son esas herramientas emocionales para afrontar la escolaridad virtual que permitan mantener un bienestar en cada uno de los miembros de la familia.

Los 3 elementos que no pueden faltar

Si te uniste al Instagram Live de la fundación el jueves pasado, te acordarás que mencionamos tres herramientas que la fundación ha considerado esenciales para la socialización escolar: los límites, la comunicación asertiva y la empatía. 

Los límites personales hacen referencia a aquello que permitimos o no que suceda. Es la acción que hacemos para marcar lo que aceptamos de lo que no. Estos límites pueden ser materiales (ej. “no puedes agarrar mis marcadores sin permiso”); corporales (ej. “no me empujes”) o emocionales (ej. “no me digas ese sobrenombre”). La capacidad de poner límites se aprende y estos son necesarios para protegernos a nosotros y a otros. De hecho, la escuela virtual requiere la formación de nuevos límites personales, ya que es una situación con características distintas a la escuela presencial. 

Por otro lado, la comunicación asertiva es aquella donde la persona es capaz de expresar sus deseos, opiniones y necesidades de una manera que no viola o traspasa los límites y los derechos de los otros. Las personas con comunicación asertiva son capaces de abogar por sus derechos de una manera respetuosa y no se quedan callados frente a sus necesidades. 

Por último, la empatía es la capacidad de comprender emocionalmente lo que sienten otras personas, ver las cosas desde su punto de vista e imaginarse a sí mismo en su lugar e incluye la capacidad de poder responder a sus pensamientos y sentimientos de una forma adecuada.  

Una investigación conducida por la Fundación Relaciones Sanas, arrojó que desarrollar estos 3 elementos en la niñez, previenen que los chicos/as, desarrollen dinámicas de violencia en la escuela o se vean envueltos en situaciones de acoso. Además, si son puestas en práctica mejoran las relaciones y reduce los conflictos en casa. 

¿Cómo podemos apoyar a los niños con la escolaridad virtual?

Ahora centrándonos en la familia te comparto otras herramientas valiosas para incluir en la mochila emocional de la familia. Quisiera recalcar que los niños/as aprenden mucho de los adultos con los que conviven. Por tanto, ten en mente que al modelar estas estrategias se les enseña a los niños/as cómo manejarse sanamente en otros contextos y con otras personas.  

  • Atención a las necesidades individuales. Un término que ayuda a entender por qué es importante atender las necesidades individuales es la equidad. La equidad significa darle a cada persona lo que necesita de acuerdo a su contexto, que difiere de la igualdad que significa darle a todas las personas lo mismo. Entonces, observen y/o pregunten a todos los miembros de la familia cuáles son esas necesidades particulares que necesitan para cada ocasión y recordemos que no todos necesitamos lo mismo. De esta manera podremos responder a las necesidades de todos con mayor eficacia. 
  • Brindar estructura y predictibilidad. Se preguntarán, ¿qué tiene que ver esto con las emociones? Pues la falta de predictibilidad en sí es un estresor y establecer una rutina y un orden puede brindar calma y disminuye la ansiedad y el enojo. A un niño/a con ansiedad o enojo se le dificulta el aprendizaje, la creatividad y la formación de memorias, entre otras cosas. Hay varias herramientas para brindar mayor predictibilidad: se puede crear una agenda familiar, poner un límite sobre los espacios de trabajo de todos los miembros, crear un horario visual de las clases, definir los roles y tareas de cada miembro los domingos y entre otras formas más. 
  • Diseñar espacios y momentos para celebrar los logros. En ocasiones nos enfocamos solamente en los problemas y los retos; no olvidemos espacios en nuestras familias para celebrar los logros. Tomarse el tiempo para reconocer logros brinda la oportunidad de identificar lo que funcionó para que pueda ser repetido en el futuro. Además, tomar un momento para enorgullecerse de los logros, incluso los pequeños, puede aumentar en sus hijos/as la confianza en sí mismos y motivarlos a seguir buscando oportunidades para cumplir otros más (Amabile y Kramer, 2011). Les invito a pensar los diferentes logros por más “mínimos” que piensen sean estos. Podemos complementarlo, con espacios de gratitud en familia. Piensen formas creativas de reconocer los logros; tal vez un jarrón titulado “logros” donde los miembros de la familia puedan insertar un pedazo de papel que tenga escrito sus logros y eligen un día a la semana para leerlos juntos. 
  • Cooperación frente a los conflictos. Los conflictos van a surgir y saber afrontarlos puede disminuir la cantidad y la longitud de los mismos. Cuando estos surgen, podemos optar en familia por la cooperación. Concretamente como padres pueden ayudar a sus hijos/as a identificar cuáles son los retos específicos para ellos y luego invitar a generar en conjunto una lluvia de ideas de qué forma pueden solucionarse. También, en el momento puede ser beneficioso reconocerles sus esfuerzos y ayudarlos a identificar los sentimientos asociados. Ayudar a los niños/as a poner nombre a cómo se sienten puede ayudarlos a comprender sus sentimientos y no sentirse tan abrumados por ellos (Siegel y Bryson, 2011); lo que facilita la cooperación en los conflictos. 
  • Crear nuevas tradiciones. Las tradiciones pueden proporcionar a las familias un sentido de identidad y pertenencia. Este año muchas tradiciones de la escuela presencial no podrán cumplirse. No obstante, pueden crear nuevas tradiciones en casa que permitan fortalecer los vínculos familiares y crear una base para los valores familiares. ¿Qué les parece armar un playlist familiar juntos y ponerlos en unas bocinas para los recreos? ¿Tal vez incluir un jueves de hacer rompecabezas juntos? Esto lo uno con otra herramienta: aumentar el factor diversión en la familia. Incluir momentos de diversión de manera intencional puede aumentar la conexión con otros el cual tiene beneficios para nuestro bienestar y salud mental. También, reír y jugar son excelentes para aliviar el estrés para usted y su hijo/a. Esto puede ser ver películas, crear historias, cantar, bailar, jugar un juego de mesa, pasear en un parque, entre otras. 
  • Mantener una mentalidad de crecimiento. Tener una mentalidad de crecimiento significa que creemos que las habilidades y competencias de las personas pueden desarrollarse y fortalecerse mediante dedicación y trabajo. Esto quiere decir que si queremos desarrollar una mentalidad de crecimiento en la familia debemos creer y expresar que lo importante es el aprendizaje (no la nota o el resultado final) y por esto valorar el esfuerzo que el niño/a haya hecho. Además, recordarles a los niños/as en casa que mediante su dedicación se pueden volver más expertos y que serán capaces de dominar la habilidad o el contenido particular. Una investigación (Grant y Dweck, 2003) encontró que los niños/as con una mentalidad fija (la opuesta) tenían menor motivación intrínseca, más rumiación y una disminución en su autoestima. Así pues, tener una mentalidad de crecimiento predice un afrontamiento activo, una motivación sostenida, un mayor rendimiento frente a los desafíos y puede ayudar a que los niños/as desarrollen un diálogo interno más saludable.  

Todo lo anterior son algunas estrategias para incluir en la mochila emocional familiar. Aplicando una de estas, atención a necesidades individuales, te invito a que evalúes cuáles son las que necesita tu familia y ponlas a prueba. Quisiera concluir, resaltando que al principio es necesario realizar estas acciones de manera consciente, voluntaria y planeada y con el tiempo y la repetición saldrán de forma más natural.