El ruido emocional

Por: Kyo-sai Nieves, Psicóloga clínica @psi.kyosainieves

No sé si, se han encontrado realizando alguna actividad, haciendo lo mejor posible, pero una voz interna les dice: “¿Y si no lo hago bien?”, “¿Y será que Mengano está bravo conmigo?”, “¿Ahora me van a regañar o llamar la atención por esto?”. Suele estar acompañado de emociones desagradables (desesperanza, tristeza, preocupación, etc.) que causan malestar en nuestro diario vivir. Surgen diversos tipos de diálogos a la vez y no nos podemos concentrar en nuestros objetivos, trayendo en sí, posibles problemáticas de salud mental.

Entonces ¿Qué es el ruido emocional?

El ruido emocional es ese diálogo interno que puede estar compuesto por pensamientos, ideas y emociones desagradables, y en ocasiones, repetitivo e interminable. 

Está se presenta cuando hay una situación complicada o de estrés en nuestro diario vivir, trayendo consigo, preocupación por el futuro o revivir recuerdos desagradables. Así desenfocándonos de las tareas cotidianas, ocupando mayor espacio en nuestra mente, afectando nuestra percepción de las situaciones, conductas y de los demás y de nosotros(as). 

El diálogo interno es una conversación que tenemos con nosotros(as) mismos(as) constantemente, ya sea de manera positiva o negativa, está puede interferir en nuestro estado de ánimo, toma de decisiones y nuestra percepción del mundo externo e interno. 

Nuestro diálogo interno se va nutriendo a lo largo de la vida, empieza con nuestras principales figuras de cuidado (mamá, papá, abuela(o), etc.) que nos guían a interpretar nuestro alrededor, pasando otros tipos de interacciones como: grupos de amigos, familia, figuras de autoridad y experiencias. 

Sin darnos cuenta, este diálogo interno, puede estar compuesto, de creencias erróneas, distorsiones, etiquetas impuestas por nuestro entorno, el “debería” y “tengo que” hacer o ser. Esto trae consigo que tengamos una voz autocrítica, exigente, prejuiciosa, a la defensiva y poco autocompasiva. Luego sentir emociones desagradables como la insatisfacción, ansiedad, tristeza, desesperanza, culpa, rechazo, entre otras.

El día a día se puede sentir abrumador, aunque afuera, en nuestro entono, haya silencio y calma. En nuestro mundo interno pareciera que hubiera una gran construcción, un gran ruido y no permite que escuchemos con claridad lo que nos está tratando de decir esa emoción.

¿Qué podemos hacer con este ruido emocional?

En ocasiones el silencio nos puede incomodar, a tal punto que puede evocar la sensación que algo malo está pasando o hay un peligro. Cuando en realidad el silencio es la ausencia de ruido, a veces mirar a dentro puede ser caótico, pero si lo hace poco a poco podemos conocernos y entender de donde viene este ruido y cuáles serían esos pasos para disminuirlo.

Comparto algunas recomendaciones que nos permitirán abrazar el silencio y nos da permiso para conectar con el ruido emocional.

Respirar: inhalar y exhalar durante unos segundos permite que nuestra mente se despeje y el cuerpo se pueda encontrar la calma, así poder pensar con claridad y principalmente si se tiene que tomar alguna. Existen diferentes estudios y uno de ellos es de Northwestern Medicine en Chicago, han descubierto una relación muy estrecha entre la respiración y la función cognitiva.

Un paso a la vez: Enfocar los pensamientos en una sola actividad a la vez, estar presentes, aquí y ahora en lo que estamos haciendo, tanto con nuestro cuerpo y mente.

Ser curioso(a): tomar un momento del día, para respirar y reflexionar que puede estar tratando de decir esta montaña rusa de emociones, ¿qué necesitamos de nosotros(as) mismos(as) o de los demás?, ¿cuáles son las cosas que tengo el control y cuál no?

Autocompasión: tratarse a uno(as) mismo(as) lo suficientemente amable, como nos gustaría que alguien lo hiciera, usar palabras que nos haga sentir aliviado(a) y dar permiso a sentir esa emoción desagradable hasta que pase.

Escribir: dejar fluir los pensamientos, sentimientos y emociones que están intentando salir plasmarlo a través de la escritura, nos puede ayudar a organizar nuestros pensamientos, tener una perspectiva diferente de lo que sucede y desahogar. 

Agradécete: date permiso para darte las gracias por esos pequeños avances que hagas, teniendo en mente que todo es un aprendizaje. 

El ruido emocional puede sentirse tan agobiante como una construcción al lado de tu casa, sin embargo, es la oportunidad construir una voz, más suave, autocompasiva y amigable.