¿Tristeza o depresión?

Por: Becky Malca, Psicoterapeuta y Psicooncóloga

Diariamente escuchamos personas que mencionan frases como estoy deprimido, tengo depresión, estoy triste, me siento triste. ¿Todo esto significa lo mismo? ¿Cada vez que me siento triste quiere decir que tengo un trastorno de depresión?

Si bien es cierto que todos en distintas etapas de la vida nos hemos sentido tristes, algunas veces con mayor o menor intensidad, no quiere decir que necesariamente hemos desarrollado un trastorno de depresión.

Hablemos sobre la tristeza

La tristeza es una emoción básica innata que experimentamos ante situaciones dolorosas. Independientemente si se trata de una ruptura amorosa, un plan fallido, un cambio hormonal, la muerte de un ser querido e incluso, podemos llegar a sentirnos tristes sin tener clara la razón. Dependiendo de la situación que estemos enfrentando, la tristeza puede sentirse de forma leve, moderada o profunda y su intensidad y frecuencia puede variar una y otra vez a lo largo del proceso de afrontamiento.

Esta emoción nos permite elaborar las pérdidas y hacer introspección. Al sentirnos tristes, nuestro ánimo se encuentra bajo, no tenemos muchas ganas de hacer cosas que normalmente nos agradan hacer o si las llegamos a realizar, nos toma un poco de tiempo involucrarnos en ellas. La concentración suele verse un poco afectada, lo mismo que los hábitos del sueño y la alimentación. 

En la medida que los días pasan y nos vamos adaptando a la nueva situación, la sensación de tristeza se va regulando poco a poco, volvemos a conectarnos con nuestras actividades y retomamos el ritmo de nuestra vida.

La tristeza por sí misma no es un indicador de un trastorno de depresión.  Sin embargo, si además de la tristeza, se hace presente el sentimiento de desesperanza y desolación y se establece de forma permanente, dicha tristeza se vuelve profunda y deja de ser tan solo una emoción. 

Es importante identificar si los síntomas previamente mencionados van disminuyendo en intensidad, frecuencia y duración a lo largo del tiempo o si, por el contrario, estos aumentan y afectan la capacidad de afrontamiento y funcionamiento del individuo. De ser así, estaríamos frente algo más allá que una tristeza.

Hablemos sobre la depresión

La depresión es un trastorno mental en el cual influyen componentes biológicos y genéticos, además del ambiental.

La persona que padece de depresión presenta cambios en su comportamiento, sentimientos, pensamientos y en su cuerpo.

Frente a estos cambios puede experimentar varios de estos síntomas: una tristeza profunda prolongada, llore con facilidad, sensación de abatimiento o falta de energía, se muestre lento y su diálogo sea monótono, pausado; presente incapacidad para sentir placer por las cosas que antes disfrutaba, pensamientos negativos y sentimientos de culpa reiterativos, baja autoestima, desesperanza, ideación suicida, trastornos del sueño y del apetito, dificultad para concentrarse y pérdida de interés por su cuidado personal.

Para que sea considerado un trastorno de depresión, dichos síntomas deben presentarse como mínimo dos semanas consecutivas y experimentarse gran parte del día. Su presencia debe impactar significativamente el funcionamiento diario del individuo que la padece, generando un deterioro progresivo en su calidad de vida. 

Para tratar la tristeza, podemos contar con el apoyo de familiares, amigos, seres queridos y actividades que den una estructura y soporte. No precisa de un profesional de la salud para salir de este estado debido a que con el paso del tiempo los síntomas van desapareciendo. 

Cuando estamos frente a una depresión, adicional a la red de apoyo, es necesario que la persona cuente con el respaldo de profesionales de salud mental (psicólogo y psiquiatra) que lo guíen y acompañen en su proceso y le ofrezcan el tratamiento necesario para su caso particular y así poder ayudarle en fortalecer su salud mental.

Reconocer cómo nos sentimos es crucial para poder buscar la ayuda necesaria y salir adelante. Ya sea que estés frente a una situación que te genera mucha tristeza o si estás presentando un trastorno de depresión, con el apoyo adecuado podrás sentirte mejor y volver a disfrutar de todo lo que la vida te ofrece.

En nuestro Programa SanaMente, dentro de la Fundación Relaciones Sanas, nos dedicamos a crear psicoeducación sobre el manejo de estas emociones para que entre todos podamos vivir vidas mucho más sanas.