Bienvenida a los nuevos familiares

Cuando dos personas deciden contraer matrimonio, toman la decisión a sabiendas de que compartirán muchos aspectos de sus vidas y lo primero que viene a la mente es el inicio de una nueva familia. Sin embargo, no debemos perder de vista que esto incluye también la unión de dos familias. Ambas traen consigo una maleta con características positivas y negativas con las que hay que aprender a lidiar.

La relación de pareja inicia desde el noviazgo. El noviazgo es el periodo donde la pareja se conoce y se establecen algunos patrones. Es fundamental llegar a conocer bien a la pareja y a sus familiares durante este periodo, ya que este es un modelo de lo que será la vida junto a estas personas. Es importante mostrar interés por la familia de la pareja desde un principio.  Se debe prestar atención a los intereses, rutinas, historia y las cosas que son significativas para ellos. De la misma forma,  debemos informar a nuestra pareja sobre los mismos aspectos de nuestra familia y tratar de incluirlos en las actividades importantes.

Cuando dos personas contraen matrimonio, la familia de origen gana un nuevo miembro pero también deja de ser el centro de atención de la persona que se casa.  En un comienzo, tanto padres como suegros tienen que adaptarse a este nuevo estilo de vida. Durante este período de ajuste, pueden darse situaciones menores que no deben tomarse a lo personal, a veces los padres y los suegros solo quieren sentir que se les toma en cuenta. Tenga en mente que esto no es fácil para ellos. Si usted tiene esto presente, podrá ser más tolerante con ellos y podrá establecer los límites poco a poco sin crear conflictos.

Es imperativo tener una comunicación abierta con la pareja en cuanto a los límites. Cuando algo le incomode, no dude en conversarlo con su pareja en un momento oportuno. Tenga cuidado con la forma en que le comunique las cosas a su pareja y recuerde que aparte de usted estas son las personas más importantes en la vida de él o ella. Si usted le hace entender las cosas que le molestan de una manera respetuosa, su pareja va a estar más abierta a escucharle y apoyarle. Si usted no se atreve a decirle las cosas que le molestan a su pareja, va a ir acumulando sentimientos que en un futuro se convertirán en resentimientos y crearán problemas en la relación.

A pesar de que usted y su pareja se han independizado de su familia de origen, es importante cuidar los lazos. Traten de separar un espacio semanal para estar con ambas familias, por ejemplo: Un almuerzo, una cena o cualquier otra actividad que ambos hayan discutido antes. De esta manera su familia de origen y la de su pareja no se sentirán excluidos y no tendrán la necesidad de pelear por un espacio en sus vidas. También pueden pedir ayuda en cosas que tengan en común con los padres o hermanos de su pareja, por ejemplo: Pedir algunas opiniones cuando compren su casa, pedir ayuda en algunas actividades específicas cuando tengan a su primer hijo, pedir compañía cuando necesiten ir de compras, etc.

Cuando usted sienta que sus suegros están cruzando los límites, comuníqueselo a su pareja para que esta ponga el límite con sus padres. No lo haga usted, porque entonces se crearán roces. Recuerde que de la misma manera en que sus suegros o cuñados pueden llegar a hacerlo sentir incómodo, así mismo son  personas que le darán mucho apoyo en algunos momentos. Es una relación que, al igual que la de pareja, se debe cuidar.  A los suegros y cuñados también les recomiendo comunicar sus preocupaciones a sus hijos o hermanos en vez de a sus nueras, yernos o cuñados, y respetar las reglas y decisiones de la pareja.

Trate de tener siempre una mente abierta para aprender de la familia política. Probablemente tengan muchas características diferentes a la de su familia de origen y entre estas puede encontrar cosas positivas.  Acepte las diferencias, poder entender y manejar las cosas malas y poder recibir las cosas buenas, aunque sean nuevas para usted. Por ejemplo: Si su familia de origen no acostumbraba realizar actividades recreativas juntas y la familia de su pareja si, mírelo como una ganancia. Muchas veces nos resistimos a aceptar características de la nueva familia porque estas nos conectan con carencias que hemos tenido en nuestra familia de origen.

Antes de molestarse por algo, piense si en realidad es algo que vale la pena discutir. Cuando estamos acostumbrados a manejar las cosas de una manera, es difícil aceptar otra alternativa aunque esta sea mejor. Antes de abrir el tema piense si realmente es algo que vale la pena discutir o si no es tan importante. La idea tampoco es tener que abrir una discusión con su pareja sobre el tema todos los días.

Es fundamental tener una buena disposición para relacionarse con los nuevos familiares ya que si no lo hacemos no solo nos alejamos de las cosas malas, sino también de las buenas, y de paso limitamos nuestra red de apoyo y podemos crear futuros problemas con nuestra pareja.  Nunca olvide que sus suegros serán los abuelos de sus hijos y sus cuñados sus tíos. Es una relación por la que vale la pena trabajar.

Por: Andrea V. Jara