¿Cómo afecta el body shaming a nuestra salud mental?

Por: Florencia Quiroga, Psicóloga @mente.sin.culpa

Seguramente en el último tiempo has escuchado hablar mucho sobre el body shaming. Para los que no han escuchado, el término es considerado un tipo de bullying que hace referencia a la humillación corporal, al acto de criticar partes de nuestro cuerpo y a desvalorizar a los demás en relación a aspectos o características de su imagen corporal.  

Para poder entender como afectan estos comentarios sobre nuestro cuerpo a la salud mental, debemos hablar de la imagen corporal, identidad y autoestima. 

Pensemos un poco en la adolescencia y todos los cambios que se dan en esta etapa: hormonales, corporales y psicológicos, donde el nuevo adolescente se mira al espejo y no se reconoce, no siente ese cuerpo y esa imagen como propia. Además, comienza a tener un montón de sensaciones nuevas que lo invaden, sumado a esto, a nivel psicológico se va construyendo la identidad, se pregunta quién es y quién quiere ser. El adolescente busca nuevas figuras para parecerse, se encuentra en pleno proceso de terminar de construir el ¿QUIÉN SOY YO?. 

Y aquí es donde el body shaming no debe ignorarse. En esta etapa del desarrollo, su yo y la valía que tenga de sí mismo va a estar muy influenciada por lo que le vuelva de los otros (padres, compañeros, influencers, medios, sociedad en general), otros que para el son valorados y admirados.  

Si ese otro está constantemente diciendo comentarios en relación a la imagen corporal, como “estás más gordito”, “no baila bien porque subió de peso”, “tienes que bajar un poquito o no vas a conseguir novia”, “estás muy flaca, pareces enferma”, o “bajaste de peso, que linda te ves” la persona va a ir asociando esas características consigo misma y va a ir forjando una identidad débil, donde la imagen que le vuelve es la de que el o ella no vale de la forma en que es, sino que su valía depende de la imagen física que tenga. 

Esto va a hacer que la persona vaya deseando un ideal que es demasiado alto, generando una discrepancia entre la imagen real y la imagen ideal. Trayendo, por consiguiente, problemas con relación a la autoestima, donde si no encaja con “lo deseado”, “lo aceptado”, “lo bello”, impuesto por la sociedad, va a sentir mucha frustración y culpa, pudiendo tener autorreproches, enojos consigo mismo o incluso llegando a poder realizar conductas que sean perjudiciales para su salud. Además, puede ser propenso a otras situaciones como depresión, ansiedad, aislamiento, trastornos de la conducta alimentaria, conductas obsesivas, entre otros, afectando la vida general de la persona que sufre y no solamente en relación con su imagen corporal.  

Por eso debemos cuidar como nos referimos a los demás y a nosotros mismos en relación al cuerpo, no solo porque nos estamos lastimando a nosotros cuando nos criticamos, sino que al criticar a los demás, estamos agrediéndolo y estamos dándole a entender que, si no entran dentro de los parámetros de belleza impuesta, no son valiosos para la sociedad y por ende tampoco deben serlo para ellos mismos. 

3 cosas que podemos hacer para combatirlo y salvaguardar nuestra salud mental y la de los demás: 

  1. Evitar los comentarios en relación con el cuerpo.
  2. Si vamos a hablar de otro (incluso de algún famoso o influencer!) recalcar sus cualidades positivas que no tengan que ver con la imagen, el peso o la forma de su cuerpo. 
  3. Buscar ayuda profesional si sentimos que estamos siendo afectados por este tipo de comentarios.

Por otro lado, es importante hacer énfasis en que tener una buena salud mental significa saber y aceptar que hay una historia personal, experiencias, partes del cuerpo, rasgos propios que pueden no gustarnos, pero que en la imagen general que tenemos de nosotros mismos nos sentimos conformes y buscamos cada día estar mejor, comportándonos de una manera que sea beneficiosa para nosotros y para los demás.