¿Cómo podemos dar contención ante un evento traumático?

Por: Anette Orillac, Psicóloga Clínica (@Sanamente_Pty)

El reciente abuso y embarazo de una niña de 8 años en Panamá nos ha impactado. Es sin duda un evento traumático que abarca temas desgarradores como el abuso sexual recurrente del que ha sido víctima, lo precoz de su pubertad, la perversión del abusador cercano y su castigo, la falta de cuidado de la menor en su entorno, las condiciones de vida en las poblaciones más vulnerables, las preocupaciones por la salud física y mental de esta niña, el futuro de la criatura que se forma en su vientre, etc. Es una niña cuyo cuerpo está aún en pleno crecimiento; mentalmente no cuenta con los recursos de una adulta, su personalidad está en desarrollo. Emocionalmente debe estar muy descompensada, y aunque posiblemente no sepa identificarlo ni expresarlo, debe sentirse
abrumada, con mucha confusión, desamparo, desesperanza, vergüenza y culpa.

¿Qué cosas podemos hacer para dar contención en una situación traumática?

La contención emocional ante un evento traumático -sea cual sea-, puede ser muy poderosa. Cuando se generan eventos traumáticos, la realidad irrumpe de manera aterradora en la psiquis (mente) de una persona, y peor aún si es un niño o adolescente. El trauma trae pérdidas y duelos importantes; la persona puede llegar a tener dificultades para confiar en los demás. Ante un trauma se pueden llegar a sentir emociones abrumadoras como inseguridad, indefensión, desequilibrio y desorientación. Para adaptarse al estrés, el afectado(a) suele hacer intentos de reorganización que muchas veces no son funcionales y podrían llevarle a desconectarse emocionalmente de la realidad.

Para tratar de metabolizar o procesar este trauma y transformarlo en pensamientos y acciones funcionales se requiere de mucha contención emocional. Y por contención nos referimos a la capacidad que tenemos para brindar un espacio seguro y de confianza para el otro. En estos momentos la intervención requerida debe ser de escucha activa, no juzgar, favorecer la expresión de los acontecimientos y sentimientos, incluyendo la aceptación del dolor. También se le debe ayudar a enfocarse en la realidad y a buscar estrategias para afrontar la situación y hacerla lo más llevadera posible. La familia es el primer punto de apoyo y en ocasiones también ellos necesitan ayuda.

El rol del apoyo psicológico será abrir un espacio para procesar con la intención de aliviar el sufrimiento lo más rápidamente posible para que el recuerdo del trauma no le atormente continuamente, al mismo tiempo que hacer surgir la resiliencia. Se puede recibir apoyo adicional de la escuela, centros de salud, servicios de la comunidad, etc.

Sin duda el amor incondicional de una madre y un padre ante un trauma hace muchísima diferencia. Todo ser humano debe poder sentir que no está solo, que no es un “árbol sin sombra”, que cuenta con apoyo familiar, que hay esperanza, amparo y que las cosas se van a ir solucionando. Ahora es momento de fomentar esa resiliencia, estimular la esperanza y darle otro sentido a su vida futura.

En el caso de la niña de 8 años, ella está lidiando con su propia realidad como adolescente, en una doble crisis: ahora cuenta con náuseas, cambios físicos, posible rechazo inicial al bebé, incertidumbre, miedos, preocupaciones sobre el parto y el futuro de su vida y la de su hijo. El bebé ya está en camino y esa niña necesita todo el apoyo emocional, económico e instrumental que puedan brindarle. Su familia debe procurar que siga sus estudios, termine la escuela y la universidad. La educación es la única vía para un mejor futuro. Es importante explicarle la importancia de desarrollar un apego seguro con su bebé para lograr un vínculo que permita un devenir saludable en la personalidad de este nuevo ser humano que lleva en su vientre.

Cuando los padres necesitan ayuda para manejar sus propios sentimientos, porque no están seguros de cómo apoyar y dar contención a sus hijos después de un evento traumático, deben buscar ayuda profesional o hablar con alguien de confianza. Una tercera persona puede ofrecer un punto de vista distinto, ayudarle a procesar las emociones, brindar alternativas, y acceso a diferentes fuentes de apoyo. Recordemos que la salud emocional es tan importante como la salud física.

La labor de prevención que debemos hacer en nuestro país en torno a las adolescentes que son víctimas de abuso y embarazadas es ENORME. Esto debía ser una preocupación y prioridad del Estado ya que es un problema de salud pública que afecta no solamente a estas chicas a nivel educativo, económico, social y emocional. Requiere de muchos recursos educativos y psicológicos, comenzando con la educación sexual y el refuerzo constante de la formación de valores en nuestra población a nivel nacional.