Consentimiento Emocional en nuestras amistades

Por: Mgtr. María Daniela Pérez, Psicoterapeuta @growingchangepty

A lo largo de nuestra vida, es esperado que formemos relaciones con las personas que nos rodean ya que los seres humanos somos seres sociales y tenemos una marcada necesidad de afiliación. Tener un sólido grupo de apoyo sabemos que es parte importante del botiquín emocional que vamos formando en el camino. 

Podría asumir que todos/as conocemos los beneficios que tiene acudir donde un buen amigo/a cuando estamos atravesando un momento difícil, cuando queremos ventilar algo que nos inquieta o simplemente en búsqueda de compañía. Y seguramente tú conoces muy bien quién es ese amigo/a que siempre está ahí disponible para escucharte y tenderte una mano cuando lo necesitas. 

Ahora bien, es imposible hablar de una relación de amistad, sin pensar en el hecho de que son relaciones bi-direccionales, osea que ambas personas deben poder dar y recibir así como sentirse respetadas. 

Creo que muchas veces asumimos que como las relaciones están unidas por el cariño, esto debe ser lo suficientemente fuerte como para poder sostener todo. Pero esto no es lo único que necesitamos, todas nuestras relaciones (amistad, familiares, de pareja) deben ser atendidas y cuidadas. 

Y quizás suene un poco extraño, pero algunas buenas prácticas que podemos empezar a incorporar en nuestras relaciones están relacionadas a la solicitud de consentimiento. Abrir el espacio para entender a la otra persona, nos ayuda a crear una ruta que permita apoyarnos mejor. 

1. Conoce a tus amistades 

Si partimos de la premisa de que todas las personas somos diferentes, sabemos que podría ocurrir que tú lenguaje del amor sea un abrazo, mientras que para alguno de tus amigos/as esto se sienta terriblemente invasivo. 

O puede que a alguno le encante hablar por teléfono mientras que a otros no le gusta que le llamen sin avisarle porque se pone muy nervioso/a. Entonces no es nuestro lugar juzgar si está bien o mal, si queremos que nuestros amigos/as se sientan bien en la relación, debemos facilitar que se sientan respetados. 

2. Escoge un buen momento para ventilar 

Seguramente te ha pasado a ti o conoces a alguien a quien le han venido a ventilar un montón de problemas en un momento en el que no hay mucha disponibilidad para recibir y procesar aquello. Esto puede ser abrumador y sentir que no hay espacio para poner límites puede herir nuestra relación. 

La psicóloga Tania Díaz define “Consentimiento Emocional” como el acto de pedir permiso antes de compartir una experiencia emocional muy pesada con otra persona. Empezar a implementar esto, le permite al interlocutor recibir la información y acompañarte de una mejor manera. 

3. Respeta la información 

El hecho de que esta persona te haya confiado a ti con esa historia o con su sentir, no quiere decir que está lista para compartirlo con otros. Entonces en estos casos es importante tener en cuenta que si no es nuestra historia, es mejor no contarla, esto puede herir la confianza y hacer sentir al otro expuesto. 

Si tuviéramos que romper la confidencialidad por alguna razón (quizás porque estamos preocupados o notamos que está en peligro), es importante que podamos responsabilizarnos por eso, avisar a nuestro amigo/a o mejor aún preguntarle si está de acuerdo con que lo hagamos antes de actuarlo impulsivamente. 

4. Pregunta, pregunta, pregunta 

Cuando somos muy cercanos a alguien conocemos algunos de sus disparadores y podemos notar cuando algo les ha pasado o ha habido un cambio en su actitud. Muchas personas podrían querer hablar en ese momento de lo ocurrido, pero puede que otros necesiten un tiempo o espacio para poder procesar antes de acudir donde una amistad. 

Incluir preguntas como : “¿Estás lista/o para hablar de eso?” , “¿Cómo puedo ayudarte ahora?”, “¿Sólo quieres ventilar o quieres que te ayude a pensar en alguna alternativa o solución?” son formas en las que podemos apoyar de una manera no invasiva a nuestros amigos/as.