Cuando un nuevo hermanito llega a casa

Miembro de la Fundación Relaciones Sanas y del Instituto Internacional de Psicoterapia.

Es común que cuando se tienen hijos pequeños la llegada de un nuevo hermanito(a) genera ansiedad tanto para los padres como para los niños. Los padres se preguntan: ¿cómo tomara mi hijo(a) la llegada del nuevo bebé? ¿lo rechazará? ¿lo aceptará? ¿lo querrá? ¿le tendrá celos? ¿se pondrá bravo(a) con nosotros? ¿Qué cosas tengo que hacer para que él o ella asimile la llegada del bebé?

Al nacer un nuevo hermanito(a) todo niño pasa por un proceso de adaptación y es inevitable que se movilicen sentimientos como los celos y el abandono. El éxito o fracaso de este proceso no solo depende del manejo que hacen los padres y demás familiares, sino también de los recursos emocionales con que cuenta el niño, por eso en la medida en que con anterioridad el niño haya logrado una relación estrecha y sólida con sus padres, será más fácil no sentirse desplazado por el nuevo miembro de la familia. Un niño que se siente amado y aceptado incondicionalmente, que participa de las actividades familiares, que lleva una relación única y especial con cada uno de sus padres podrá sobrellevar mejor la llegada de su nuevo hermano(a), a diferencia de un niño que tiene una relación pobre con sus padres y que la mayor parte del tiempo se la pasa frente a un video juego o al televisor.

Si los padres han establecido un buen vínculo con su hijo durante todas sus etapas del desarrollo, entonces deben de dejar de preocuparse tanto por esta etapa y confiar en los aportes que le vienen proporcionando a su hijo. La rivalidad entre hermanos es normal y hay que verla como un proceso de adaptación más que como un trauma por el que el niño(a) va a pasar. Cuando los padres entienden esto entonces pueden centrarse en ayudarle a manejar los sentimientos de rabia, celos, inseguridad, miedo o abandono de manera constructiva, ya que este aprendizaje se va a convertir en una herramienta útil para el manejo de otras relaciones. El final feliz de todo este proceso es que el niño(a) terminará amando a su hermanito(a) y en la continuidad del tiempo crecerán los lazos de amor fraternal aunque se den episodios de natural rivalidad. Para que esto sea posible, es importante que los padres estén conectados también con su propia ansiedad ante el nacimiento del nuevo bebé y a la vez estén pendientes de las emociones que generan para sus otros hijos pequeños la llegada del nuevo miembro de la familia. Un hogar en donde se puedan elaborar los sentimientos de toda clase fortalece los lazos familiares y promueve relaciones sanas y de crecimiento entre toda la familia.

A continuación les presento una lista de actividades que pueden utilizar para ayudar a involucrar al niño en la llegada del nuevo hermanito(a):

  • Involucre al niño(a) en el proceso del embarazo, esta etapa es un evento muy significativo del cual debe de hacer parte. Por ejemplo: el hermanito(a) puede acompañar a los padres a los ultrasonidos, puede hacer con mamá y papá un álbum sobre las fotos de los ultrasonidos del bebé, puede participar activamente de la compra de la ropita de bebé, juguetes o de la cuna: permítale escoger algo que le guste para su hermanito(a).
  • Lea con él o ella cuentos relacionados con el nacimiento de un nuevo bebé, en Panamá hay varias librerías que tienen cuentos relacionados con el tema. Esta es una muy buena oportunidad para que el niño se pueda identificar con los sentimientos que afloran en el cuento y pueda compartirlos y elaborarlos con los padres desde antes que nazca el bebé y cuando llegue a casa.
  • Explíquele a su hijo(a) los cambios que va a tener el cuerpo de mamá. Permita que el niño(a) le hable a la barriga, la abrace y juegue con la situación, sobre todo si ya saben el sexo del bebé y tiene nombre. Responda cualquier pregunta que el niño tenga sobre el tema del embarazo.
  • Explíquele a su hijo(a) los cambios que se van a generar cuando llegue el bebé: los cambios en las rutinas familiares, la posible llegada de una nueva nana o enfermera, los posibles cambios de residencia o de los espacios de la misma casa. Involúcrelo(a) en la decoración del nuevo espacio para el bebé, de hecho puede ayudar que el espacio del hermano mayor sea también arreglado o decorado para que el niño(a) no sienta que todo lo bueno se lo lleva el nuevo bebé.
  • Utilice todas las oportunidades para reforzarle la necesidad de que entienda que todos estos cambios que se hacen con el hermanito, fueron hechos también cuando él o ella nació.
  • Reforzarle todos los beneficios y ganancias que él o ella tienen por ser el o la mayor.
  • Explíquele que en el momento del nacimiento mamá irá unos días al hospital y que él o ella irán a visitarla y ese será en lugar en donde conocerá a su nuevo(a) hermanito(a). Puede también decirle que los primeros meses el bebé es “chiquitito y delicado” y que hay que tocarlo con mucho cuidado pero también lo necesitan a él o ella para que ayude con su cuidado.
  • Al llegar a casa permítale asumir tareas en el cuidado del bebé de acuerdo con sus posibilidades, por ejemplo: durante el baño del bebé deje que el niño(a) lo enjabone, le ponga cremita o lo peine. Si ya es un niño más grandecito permítale pasearlo en el coche, con supervisión por supuesto, o darle la mamadera o su papilla puede ser una actividad divertida para los dos. Cantarle al bebé también puede ser una actividad que se puede incluir para fomentar la relación entre los hermanitos.
  • Sea paciente y tolerante cuando el niño sienta celos o actúe de manera inadecuada. Es importante adecuar su comportamiento acertadamente sin dejarse manejar por la situación. Tenga en mente que su hijo(a) se está adaptando a la presencia del nuevo hermanito(a) y que esto tomará algo de tiempo. Refléjele al niño(a) sus sentimientos de celos, enojo o inseguridad para que se sienta entendido, esto ayudará a regular la intensidad de sus emociones sin generar culpa.

Involucrar al niño desde el embarazo es una tarea importante que todos los padres deben de hacer, pues esto facilita y fomenta desde el principio el vínculo fraternal que durará toda una vida.

Por: Mgter. María Eugenia Despaigne de Martín

Psicóloga Clínica