El duelo

Por: María Sofía Pinzón, Psicóloga @msofiadelourdes

El duelo, del latín dolus (dolor), aparece como una respuesta natural del ser humano luego de una pérdida significativa, como lo puede ser el fallecimiento de ser querido o una mascota, ser diagnosticado con una enfermedad, quedar desempleado o romper con la pareja. 

El duelo es un proceso que supone afrontar y reestructurar nuestros pensamientos sobre la pérdida. Es adaptarnos a eso que nos falta, por ende, es normal que la persona experimente cambios en distintivos niveles:

  • Nivel físico: Dolor de estómago, inquietud, opresión en el pecho, disnea, falta de energía, alteraciones del sueño, pérdida del apetito y peso, tensión muscular o mareos.
  • Nivel conductual: Llanto, hiperactividad, inactividad, aumento del consumo de tabaco, alcohol u otras drogas.
  • Nivel emocional: Tristeza, culpa, miedo, ansiedad, impotencia, desesperanza, alivio, sensación de abandono o resentimiento.
  • Nivel cognitivo: Dificultad para concentrarse, confusión, falta de interés, ideas repetitivas relacionadas con la pérdida, alucinaciones u olvidos frecuentes.
  • Nivel espiritual: Se replantean las propias creencias.

En su libro “Sobre el duelo y el dolor”, la autora Elisabeth Kübler-Ross, expone cinco etapas del dolor que forman parte del proceso en el que aprendemos a aceptar la pérdida y a entender eso que podemos estar sintiendo.

    1. Negación: Esta primera etapa nos ayuda a sobrevivir a la pérdida; estamos conmocionados y negamos los hechos. Es la forma que tiene la naturaleza de dejar entrar únicamente lo que somos capaces de soportar, la negación nos ayuda a dosificar el dolor.
    2. Ira: Podemos estar enfadados por no haber visto que esto iba a pasar y, cuando lo vemos, porque no se pueda hacer nada para evitarlo.
    3. Negociación:  Es una forma de una tregua temporal, haremos cualquier cosa por no sentir el dolor de esta pérdida. 
    4. Depresión: Aparece la sensación de vacío, la vida parece no tener sentido. Te sientes pesado y la acción de ponerse en pie requiere mucho esfuerzo. Es importante comprender que en esta la depresión no es un síntoma de enfermedad mental, sino la respuesta esperada ante una pérdida.
    5. Aceptación: Se acepta que la pérdida es la realidad permanente, y aunque no nos gusta ni estamos de acuerdo, aprendemos a vivir con ella.

Quizás algunos pueden atravesar las etapas más rápido que otros, no las atraviesan en un mismo orden o experimentan el malestar en menor o mayor grado de intensidad, el duelo es un proceso único para cada persona y hay que respetarlo.

Si sientes que el malestar esta impidiendo tu funcionamiento normal, es importante buscar ayuda profesional. ¡No estás solo/a!