Hablemos de Abuso Sexual

¿Qué se considera un abuso sexual?

  • Es una interacción entre un menor y un adulto en la que el niño o adolescente es utilizado para la estimulación sexual del perpetrador o del observador. El adulto domina al niño a través de la fuerza, atemorización o coerción a tener la actividad.  Los niños debido a su corta edad, no entienden el significado y aceptan la actividad sexual que puede incluir lo siguiente:
  • Besos sexuales, tocarse de manera inadecuada, masturbación, obligar al niño a ver pornografía, presión verbal para que tenga la actividad sexual.
  • El tocarse sexualmente entre niños también se considera abuso sexual en casos donde hay una diferencia de edad de más de tres años, o si físicamente uno es más grande que el otro.

El impacto del abuso sexual, sobre todo si ocurre a largo plazo, penetra la mente del niño.  El niño víctima se confunde, se desorienta, siente que su cuerpo ha sido invadido, se siente decepcionado y traicionado.  Lo vive como un ataque catastrófico a la confianza básica hacia el mundo, afecta su capacidad de depender y confiar en el adulto.

El abuso sexual es la forma más severa de traición del adulto hacia el niño, que tiene como consecuencia la distorsión del desarrollo de la personalidad del niño.  En los años de la niñez y en la adolescencia cuando las necesidades aún no están satisfechas, en la experiencia del niño abusado predominan sentimientos de humillación, vergüenza y culpa.  Estos sentimientos en el tiempo, forman un yo débil que no se acepta a sí mismo.  Puede sentirse no merecedor de recibir cosas buenas ni de tener éxito.

¿Quiénes pueden ser las víctimas de abuso sexual?

  • Niños de todas las edades, razas, culturas, etnias y situación económica, son vulnerables a ser abusados.
  • Ocurre tanto en la ciudad como en el campo.
  • Afecta a niñas y varones en cualquier barrio, comunidad o país.

¿Quiénes son los perpetradores del abuso sexual en niños?

  • La mayoría de los abusadores son personas cercanas al niño, alguien que conocen y en el que confían. De acuerdo a la Asociación Psicológica Americana (APA/2012), más del 30% de los perpetradores son miembros de la familia: padre, padrastro, hermano, tío, primo.  Un 60% son amigos de la familia, cuidadores, vecinos, etc.  Solamente el 10% de los perpetradores son extraños para el niño.  El perpetrador puede ser heterosexual u homosexual.  Muchas veces el contacto con el niño se da vía internet.
  • Otras características comunes en perpetradores incluyen: que ellos fueron abusados de niños o adolescentes. Puede haber abuso de droga o alcohol. Son personas inestables que no controlan sus impulsos ni sus emociones.
  • Puede ocurrir que las personas con esta perversión buscan al niño porque no ofrece resistencia, lo ven como una imagen de sí mismo cuando eran chicos. Perpetúan su propio trauma victimizando a otros, lo que les da una sensación de poder.
  • Características familiares que pueden constituir factores de riesgo:
  • La ausencia de ambos padres.
  • Presencia de un padrastro o hijo mayor de victimización de los niño.
  • Si los padres u otros miembros de familia fueron víctimas de abuso sexual.
  • Droga o alcohol en un miembro de la familia
  • Estrés asociado a la pobreza.
  • Matrimonios insatisfechos con conflictos.
  • Niños con baja auto-estima son vulnerables.
  • Niños que se dejan solos en casa sin la supervisión de un adulto.
  • Puede ocurrir durante un proceso de divorcio, o de muerte de un miembro de la familia.
  • En momentos en el que el niño tienen problemas en el colegio, con los amigos o en situaciones de la familia que le producen ansiedad, como por ejemplo: durante eventos traumáticos.
  • Conductas probables que pueden indicar que el niño ha sido abusado:
    • Pesadillas constantes; miedos inusuales hacia personas o a ciertos lugares.
    • No acepta hablar de sus secretos. Habla de un nuevo “amigo” mayor.
    • Aparece en casa con dinero, juguetes, regalos, sin razón de ser.
    • Dice que su cuerpo es feo o sucio, le repele.
    • Exhibe conductas sexuales, lenguaje o conocimiento sobre la sexualidad propios del adulto.
    • En niños más pequeños se observa que de repente: se orina, se chupa el dedo, tiene nuevas palabras que describen partes del cuerpo.
    • Se resiste a quitarse la ropa en lugares apropiados como para bañarse, o ir al servicio.
  • En adolescentes abusados puede ocurrir:
    • Que se cortan o se queman.
    • Su higiene personal es inadecuada.
    • Inicia abuso de droga, o alcohol.
    • Se escapa de casa.
    • Depresión, ansiedad, ideas suicidas.
    • Come o hace dieta de manera compulsiva.
  • Señales físicas pueden incluir:
    • Dolores del cuerpo, palidez, sangramientos, secreciones vaginales, anales o bucales.
    • Dolores persistentes al orinar.
    • Accidentes en el que se orina o defeca.
  • En la circunstancia de que se da algunas de estas señales preocupantes consulte a su médico y/o a un psicólogo clínico.
  • Efectos del abuso sexual:
  • Muchos niños abusados no manifiestan sus síntomas, se mantienen en silencio. Sin embargo, la consecuencia del abuso sexual es psicológica, física y social.  Incluye riesgos de:
    • Depresión, sentimientos de culpa, miedos, trastorno de estrés post-traumático, trastorno de ansiedad, trastorno alimenticio.
    • Baja auto-estima. Problemas de aprendizaje.
    • Puede expresarse en síntomas físicos, dolores crónicos. Puede darse un embarazo, infecciones etc.
  • Prevención o minimización de riesgos:
    • Educación sexual ofrecida por profesionales.
    • Enseñarle al niño a cuidar su cuerpo y a no permitir que otros lo toquen o lo quieran mirar. Que conozca los nombres correctos de las partes de su cuerpo.
    • Enseñarle a sentirse cómodo si debe decir que no a figuras de autoridad que no deben tocarlo, ni amenazarlo.
    • Los niños tienen derecho a la privacidad de su cuerpo y a proteger sus parte privadas.
    • Se les debe enseñar que sus sentimientos son importantes.
    • Si un adulto le hace algo malo: puede decir no! tratar de ir a un lugar seguro y pedir ayuda.

El cuerpo del niño debe tratarse con cuidado y respeto para que él aprenda a cuidarse a sí mismo de la misma manera.

Lo que los niños más necesitan es el amor y la comprensión de sus padres.  Esto promueve una relación emocional cercana, sana que le permite desarrollarse con seguridad, tranquilidad y apoyo.

Dra. Lea S. de Setton

Psicoanalista

Fundación Relaciones Sanas