¡Auxilio! Mi hijo se va para la universidad

Por: Jennifer Boutet de Restrepo Psicóloga, Terapeuta Familiar y College Counselor | Voluntaria de la Fundación Relaciones Sanas @edugrowthpanama

La  familia es un sistema dinámico lo que implica que estas pasan por diferentes etapas.  Si vemos el ciclo de una familia con hijos, empieza únicamente con la pareja y luego se incorporan los hijos. Pero esta etapa sobrelleva muchos cambios y movilizan a la pareja para lidiar con las tareas, retos y satisfacciones inherentes de cada fase del desarrollo de los hijos que van desde su nacimiento hasta el nido vacío. 

Hablemos del “nido vacío”  

El nido es el espacio físico y psicológico en el que crecen los hijos. Tal como en otras especies, el proceso esperado en los seres humanos es que el nido se vaya vaciando cuando los hijos pasan de la adolescencia a la vida adulta y en esta última salgan de casa, ya sea para estudiar, independizarse o iniciar su propia familia. 

Tus hijos no son tus hijos… son hijos de la vida” es una frase que se torna real cuando, como padres, los preparamos para que dejen el nido y busquen alcanzar sus propios sueños.  

Hay cambios en la estructura familiar cuando los hijos van a estudiar a la universidad fuera de casa y como toda transición, trae ganancias y sensaciones de pérdida. En mi experiencia trabajando con estudiantes y padres puedo percibir las diferentes emociones que trae la transición hacia la partida a la universidad y personalmente como madre lo he vivido. 

Puedo compartir que parece como si fuera ayer cuando llevaba a mi pequeño hijo a sus primeros días de clase de maternal.  Entre lágrimas de angustia y una sensación de logro, lo dejaba en manos de sus maestras en el “auto-rápido” de su escuelita, pero siempre con la certeza de que hacía lo correcto y de que éstas experiencias lo ayudarían a desarrollar habilidades importantes para la vida. 

El tiempo transcurre y los hijos crecen, se convierten en personas independientes y capaces de tomar sus propias decisiones. Años después, ese pequeño niño, convertido ya en un un adulto jóven, decide emprender un viaje a un lugar lejano hacia la independencia y la vida adulta.  Quiere vivir nuevas experiencias, crear sus propias historias y prepararse profesionalmente.  

Pero, aunque sabemos que esto es lo esperado en nuestros jóvenes y que los criamos para que puedan abrir sus alas y volar, es normal que los padres sintamos emociones mixtas donde coexisten la alegría por la oportunidades, el orgullo de verlos crecer, pero a la vez el miedo o ansiedad de sentir que les tocará enfrentar un poco más solos aquellos retos que tengan que enfrentar. Eso, aunado a que el entorno familiar cambia por completo, ya que habrá un espacio vacío en el hogar, también y nos toca conectarnos con nuestras propias pérdidas. 

Sabemos que la experiencia de estudiar en el exterior o fuera de casa,  brinda muchas oportunidades de crecimiento, aprendizaje y madurez. Experiencias que son valiosas para la vida. Pero ellos también enfrentan retos, como dejar la comodidad de casa para  adaptarse a un lugar extraño, el posible shock cultural, las demandas académicas y el nivel de madurez requerido. Es por eso que muchos jóvenes pueden experimentar altos niveles de estrés, ansiedad y tristeza, especialmente en los primeros años. 

¿Cómo podemos hacer esta experiencia más llevadera?

  • Abre un espacio en tu familia para  conversar sobre las emociones.  ¿Cómo nos sentimos con la partida de este miembro hacia la universidad? 
  • Valida tus emociones y las de los miembros de tu familia.  Todas las emociones son importantes, y entender cómo nos sentimos nos ayudará a manejarlas y procesarlas mejor.
  • Establece acuerdos de comunicación en los cuales padres e hijo/a se sientan cómodos.  En ocasiones la ansiedad de los padres puede provocar llamadas constantes de los padres, creando ansiedad en el jóven.
  • Enseña a tu hijo(a) a organizar su espacio y su tiempo, lavar su ropa, preparar comida ya que esto bajará los niveles de ansiedad de ambos.
  • Monitorea el estado de ánimo de tu hijo (a)  antes y después de su partida a la universidad y mantén una comunicación abierta.
  • Establece expectativas académicas y toma en cuenta que el primer año es un año de transición.
  • Mira los obstáculos y retos como oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
  • Si la partida de tu hijo(a) a la universidad afecta tu estado de ánimo y productividad, consulta a un profesional de la salud mental.