La terapia, ¿es para mí?

Florencia Quiroga, Psicóloga @mente.sin.culpa

Cuando alguien piensa en la palabra psicología suelen aparecerle muchas representaciones preestablecida de lo que es la psicología, esto se debe a que durante años la psicología fue asociada a la psiquiatría y al tratamiento de las enfermedades mentales, ignorando sus otras funciones. 

Esto generó que durante muchísimos años se estigmatizara a quién buscaba ayuda terapéutica, incluso hoy en día sigue ocurriendo. A quien acude a un psicólogo se le suele catalogar de loco, descompensado, enfermo, entre otros adjetivos que lo que generan es que quien quiere y/o necesita una ayuda externa, no la busque y en el caso que lo haga, sienta, muchas veces, que debe ocultarlo o que hay algo mal en el/ella. La persona puede sentir mucha culpa y angustia por no verlo como un recurso normal que todos podemos llegar a necesitar en algún momento y del que no hay nada que avergonzarse.

A diferencia de lo que comúnmente se cree, acudir a terapia no es únicamente para tratar una enfermedad o conflicto grave, muchas personas que buscan un psicólogo lo hacen porque se encuentran atravesando alguna situación específica que le está dificultando en algún ámbito de su vida o porque desea cambiar algo o simplemente desea un acompañamiento para trabajar ciertas situaciones antes de tomar alguna decisión importante. Motivos para acudir a terapia hay muchos y ¡no se limita al padecimiento mental!. 

Pero, ¿Qué es la terapia? 

La terapia es un momento en el que dos personas, hasta entonces desconocidas, se encuentran. Por un lado tenemos a una persona que acude pidiendo ayuda, para que otra, el profesional psicólogo, lo guie en un proceso de autodescubrimiento y cambio.  

La terapia se basa en un diálogo, entre el psicólogo y el paciente, donde la persona que consulta se muestra en toda su vulnerabilidad y confía en que el psicólogo va a poder guiarlo y ayudarlo. El psicólogo, por su parte, buscará aquellas herramientas que más se adecuen según su marco teórico, para brindar un espacio seguro y de confianza para el paciente y lo guiará en un proceso en el cual el paciente irá conociendo diferentes aspectos de sí mismo, algunos agradables, otros desagradables, dolorosos, alegres, reconocerá además diferentes sentimientos y emociones  que harán que revise su historia personal y pueda ir tomando responsabilidad y generando cambios y toma de decisiones para su crecimiento y beneficio personal. 

Algunas cosas importantes para pensar: 

  • El psicólogo no es frio y distante como muchas veces se piensa, es alguien enormemente empático, que se alegra con sus pacientes y otras veces se puede poner triste también.  
  • La terapia no es “milagrosa”, para que surja efecto el paciente debe estar dispuesto a trabajar y a hacerse cargo de lo que le sucede, si se deposita toda la responsabilidad y posibilidad de cambio en el psicólogo, no se van a ver resultados. 
¿Quién puede acudir al psicólogo? 

TODOS! No existe un perfil del paciente de psicología, todos podemos ir, todos seguramente tenemos algo que nos gustaría mejorar, cambiar o trabajar, y eso es justamente algo por lo que podemos acudir al psicólogo. 

¿Qué terapia psicológica es mejor para mí? 

Si estás buscando terapeuta, existen varios tipos de terapia, (psicoanalítica/psicodinámica, cognitivo conductual, sistémica, humanista, etc). Esto va a depender del profesional con el que te trates, mi recomendación es que primero decidas si quieres terapia individual o familiar/pareja, y luego, en vez de centrarte en tipos de terapias y las diferencias teóricas entre ellas, mejor centrarte en encontrar un terapeuta con el que te sientas cómodo, acompañado, escuchado y valorado. Cuando lo encuentres, ¡Ese es el psicólogo para ti!