Papá, ¿sabes que significa estar ahí?

La presencia activa y amorosa del padre en la vida del niño es primordial. Por esto, hay que diferenciar que el hecho de formar parte de la vida de los hijos no es lo mismo que estar cerca emocionalmente. Es cierto que la presencia física del padre da seguridad y alivio a los hijos. Sin embargo, es la cercanía emocional la que dará al hijo una imagen positiva de si mismo y autoestima. Es decir, al sentirse «visto» por su padre, se siente importante y puede irse conociendo a si mismo y cuidarse a lo largo de la vida. El papá también presenta un modelo importante con quien identificarse, pone límites y estructura.

Qué implica la cercanía emocional? Supone el interesarse por conocer a esas personitas que viven con ustedes, ser empáticos con ellos al tratar de entender cómo están recibiendo el mundo y por qué reaccionan como lo hacen ante las situaciones cotidianas. Por ejemplo: ¿Por qué algunos gritan y lloran cuando sus padres salen en la noche sin ellos? En vez de reaccionar gritando de vuelta, deben pensar qué es lo que les está queriendo decir y por qué le falta seguridad en ese momento. De allí partimos.

Encuentro en mi consulta con frecuencia que muchos padres mantienen un rol convencional, por identificación con sus propios padres quizá, donde sienten que su rol principal es de proveedor y que el cuidado emocional es secundario o le corresponde a la madre.  Con esta forma de pensar y actuar privan a sus hijos de una serie de recursos emocionales importantes. Ambos padres deben mandar un mensaje claro de que están «como un frente» en la crianza de los hijos. Aunque vivan separados.

Pensemos en la intervención sana del papá por etapas en la vida del hijo:

  • Desde el embarazo: Ambos esperan juntos la llegada del bebé. Comparten los miedos, ilusiones e inseguridades de ésta nueva etapa.
  • Bebés: inician su vida en dependencia absoluta. El padre ayuda a la madre a sentirse confiada para atender al bebé mientras se relaciona con él directamente.  Su disposición afectiva brinda tranquilidad a ambos.
  • Niños pequeños: El padre ayuda a poner límites para organizar al niño y le permite saber hasta dónde puede llegar. Con el varón se van estableciendo las identificaciones con el padre, quien necesita tener un modelo de cómo son y actúan los hombres. Con la niña, le ofrece la visión de un primer amor que será el prototipo de la forma en que busque más adelante el amor de pareja.
  • El encuentro diario con papá y sus juegos es divertido.
  • Pre-adolescentes: el papá se convierte en una figura que guía, acompaña, modela diferentes intereses y les ayuda a seguir conociendo quienes son al apoyarlos en sus propios gustos y predilecciones.  Presenta valores familiares.
  • Adolescentes: el espacio se hace entre ambos un poco mas grande ya que el joven necesita separarse emocionalmente para conocerse a si mismo. Si el papá se siente muy abandonado y no lo deja, inhibirá el proceso y la búsqueda sana de su propio «Yo». La joven necesita encontrar el enamoramiento fuera de las relaciones con sus padres por lo cual también necesita espacio para ensayar verse a si misma fuera del seno familiar.Aunque en esta etapa pareciera que no quisieran saber mucho si estás alrededor, hay que supervisar y estar pendientes de sus decisiones y el manejo de sus impulsos.
  • Adultos: mas como una relación entre iguales, el papá permite al hijo ser diferente y aprecia su individualidad. Brinda la experiencia de la vida como una enseñanza mas no una imposición para que repita su historia. Se interesa por sus proyectos y lo anima y escucha como un apoyo para que lo logre.

Puedes ver claramente que tu función cambia con el tiempo mientras las necesidades emocionales de tu hijo también. La distancia varía. Por esto, la cercanía emocional que le brindaste, sobre todo durante las etapas de mayor dependencia, es lo que se convierte en una fuerza interna que llega a ser parte de su personalidad y su forma de relacionarse con otros aun cuando ya no estés presente.

Es imprescindible separar, en las actividades cotidianas, un espacio para conocer a tus hijos, saber cómo se sienten, reconocer sus habilidades y debilidades. Verlos como seres aparte de ti. Es muy positivo reflexionar constantemente sobre el estilo de relación que llevas con tus hijos para poder hacer los ajustes necesarios en el tiempo.

Piensa detenidamente acerca de esto y confirma si hay un espacio emocional abierto en ti para cuando tu hijo pregunte: ¿Papá, estás ahí?

Por: Anabella Sosa de Brostella

Psicoterapeuta