Diez razones por las que debemos hablar sobre el suicidio

Por: Anette Orillac, Psicóloga Clínica (@SanaMente_Pty)

Hoy quiero dirigirme a ustedes nuevamente para retomar algunos aspectos fundamentales alrededor del tema del “suicidio”.  Esto se debe a que la concientización del público en general, juega un papel indispensable en la prevención de este flagelo, y como profesional de la salud mental me siento comprometida a compartir toda información que pueda llegar a tiempo para evitar un terrible desenlace y sus consecuencias familiares.  

En ocasiones anteriores hemos manifestado que -de acuerdo a la OMS- cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo, y cada 3 segundos hay un intento de suicidio. Nunca nos cansaremos de repetirlo, porque los estudios demuestran que todo ser humano -en algún momento de su vida- atraviesa una situación de tristeza extrema y desesperanza, que necesita mayor apoyo y contención. Hay mucho más de diez razones por las que debemos hablar del suicidio, pero intentaré detallar las más importantes.

  1. Hablar del tema ayuda a prevenirlo: El principal mito sobre el suicidio es precisamente que hablar del tema aumenta el riesgo de cometerlo, cuando en realidad es todo lo contrario. La mayoría de los suicidas muestran sus intenciones; no hay que entrar en pánico sino abrir la conversación -por más difícil que parezca-, y buscar ayuda inmediata. Esto le permite desahogarse, liberar ese estrés nocivo y buscar ayuda.
  2. Los adolescentes son los más vulnerables, y su cerebro aun está en crecimiento: Hay estudios que demuestran que a nivel mundial el suicidio es la segunda causa de muerte en adolescentes. A estas edades no se cuenta con herramientas suficientes, los jóvenes se desmoronan fácilmente ante la presión grupal, y están expuestos a drogas, alcohol, etc. Es una época en que los padres deben estar más vigilantes de las conductas impulsivas.
  3. Debemos identificar las señales de peligro: Cuando vemos a alguien tratando de resolver temas de vida, despidiéndose, enviando notas, o regalando sus pertenencias, es clara señal de que hay pensamiento suicida. Estemos pendientes de estas señales para actuar y prevenir. Aunque suene duro, también podemos revisar si en casa hay algo que pueda utilizar en su contra: armas, sogas, venenos, drogas, etc.
  4. La escucha activa: Debemos prestarle total atención, ser empáticos, brindar apoyo y consuelo, dejarle hablar, abrazarle y dejarle saber que estamos allí para él/ella. Es muy importante que sepa que no está solo y que todos queremos que se quede entre nosotros. Busque ayuda para que sea “escuchado activamente” por un profesional que pueda apoyarlo hasta salir de la crisis.
  5. Los factores de riesgo: El alcohol, las drogas, el reciente desempleo, la desesperación financiera, la soledad, la falta de apoyo familiar, una vergüenza que atraviese, son solo algunos factores que pueden impulsarlo/a al suicidio.
  6. Lo que NO debemos hacer: Ante una amenaza o señal de suicidio, nunca debemos juzgar, o minimizar sus emociones. Lo que más necesita una persona en riesgo es ser escuchado y apoyado. Pensar que “ya se le pasará” no es una opción; o “si ya trató una vez, seguro lo vuelve a tratar” tampoco es una opción. De hecho, esta forma de pensar de que son “reincidentes”, representa otro mito importante, pues los pensamientos no son permanentes. Con la ayuda de terapia, la persona puede restructurar su manera de pensar, aprender a solucionar conflictos y no volver a pensar en el suicidio como una solución.
  7. Debemos contactar a los familiares: la red de apoyo más importante para una persona deprimida o en riesgo suicida, es su familia. En estos momentos la persona no se debe quedar sola en ningún momento. Es inminente que esté acompañado, vigilado, contenido y apoyado.
  8. Búsqueda de ayuda inmediata: esto es una emergencia y no debe tratarse a la ligera. Aunque normalmente hay una planeación sobre el suicidio, debemos recordar que en el mismo momento que acontece, se trata de un impulso mal gestionado, por lo que es de “vital” importancia recibir ayuda. Puede acercarse a cualquier sala de urgencias; en los hospitales ya lo consideran una emergencia, un caso de “vida” o “muerte”.
  9. Utilice las redes de apoyo para esta persona: Estas pueden ser desde la familia y compañeros de trabajo, hasta el vecindario, iglesia o comunidad. Las redes son un factor importantísimo para apoyar a la persona y a su familia.
  10. La desesperanza tiene diversos niveles, y existen muchas personas que carecen de herramientas para resolver conflictos. Nadie merece morir por falta de conocimientos. Ayúdele a buscar remedio a sus problemas, a priorizar, y a hacerle ver que va a salir adelante con la ayuda de todos. 

Recordemos que la salud mental es TAN importante como la salud física. Si sospechas de alguien en peligro, apóyale, busca ayuda profesional o acércate a un hospital. También puedes llamar al 911, “TE ESCUCHO PANAMA” 831-7600 (4:00-10:00pm), INSAM 523-6813 o CSS 503-6542. La prevención está en manos de todos.