Viviendo la cuarentena lejos de tu país

Por Mónica Castro, Psicoanalista y Ma. Daniela Pérez, Psicoterapeuta

La situación actual de una pandemia ha indudablemente disparado nuestra ansiedad. Y, una de las cosas más angustiantes, es que se nos ha pedido limitar el contacto con nuestros familiares y amigos. Se nos ha pedido que nos quedemos en casa. ¡Qué difícil se hace no poder visitarnos, no poder abrazarnos! 

Esta situación es similar a la que viven muchas personas que han decidido migrar.  Unos migran por problemas políticos, por oportunidades de aprendizaje o  económicas. Algunos migran de forma temporal y, para otros es permanente. 

Y, estar lejos del país de origen, puede ser una situación amenazadora. Normalmente, separarse y dejar atrás todo aquello que nos es familiar, implica atravesar por múltiples duelos. ¿Pueden imaginarse ahora, sumarle a la lista de preocupaciones, una pandemia por Covid-19? 

¿Qué pasa con el que pasa esta situación fuera de su país?

En estos tiempos, la distancia se acorta con el uso de plataformas tecnológicas que permiten que personas a kilómetros de distancia conversen, se vean, se reúnan, jueguen o vean películas juntas. Como si fuera poco, tenemos la facilidad de hacer compras y enviarles a los familiares comida, medicina, e incluso regalos.

Sin embargo, muchos añoran no solo las personas queridas, sino también todo aquello que quedó en el país. Como los paisajes, las calles, los olores, e incluso sabores conocidos, y en este caso no siempre la tecnología nos facilita el camino. 

Es esperado y normal que ante esta situación, la lejanía acentúa la ansiedad de separación. ¿Qué podría pasarme a mí? ¿Qué podría pasarle a mi familia o esa persona que es parte de mi red de apoyo? Esto evoca una preocupación sobre nuestra supervivencia. Exploremos un poco eso que llamamos de ansiedad de separación.

¿Qué es la ansiedad por separación?

Cuando nacemos dependemos completamente del otro, el bebé necesita a su mamá presente para que lo alimente y lo cuide. Aún no hemos desarrollado ciertas capacidades cognitivas que permiten que el bebé recuerde que la madre está ahí, aún cuando físicamente no lo está. El bebé, entonces, necesita “ver para creer”. Creer que mamá sigue ahí –emocional y relacionalmente– aún cuando no se pueda ver. 

Esta capacidad la vamos adquiriendo poco a poco en la medida que nos exponemos a la experiencia de pérdida. Por ejemplo, cuando su mamá se va de la casa aunque no la pueda ver, ella sigue existiendo y regresa. Igual ocurre las primeras semanas que el niño se expone a un jardín de infantes o experiencia escolar. 

Este concepto es importante ya que al internalizar esta relación conseguimos sentirnos acompañados aún cuando estamos solos. Estos dos procesos contribuyen en la disminución de la ansiedad de separación. 

Otro logro importante es aprender a tolerar la frustración, esto habla de la capacidad que tenemos para poder sobrellevar el sinsabor que deja cuando las cosas no sucedan cuando y como queremos. Así como, aprender a postergar nuestra necesidad de ser atendidos inmediatamente. 

La tolerancia a la frustración y la constancia de mamá, son herramientas que nos enseñan a lidiar con la separación. Hoy en día, todos, no solamente el emigrante, nos agarramos de ellas para poder enfrentar esta pandemia. 

Pero es posible que para aquel que está afuera de su país, enfrentarse a esta cuarentena le reviva los duelos de la migración y la ansiedad de separación. El país de residencia, podría representar a familia sustituta para el emigrante. Un organización en dónde los gobernantes jugarían el rol de “padres” y los vecinos de hermanos. Y por ejemplo, estar en un país con un buen manejo de la pandemia, podría ser muy reconfortante. Es por eso que debemos tener más claro que nunca la importancia de la inclusión. 

La importancia del sentido de pertenencia

El sentido de pertenencia se hace muy vital para poder sentirnos seguros, en la medida que nos sentimos parte de un grupo, se hace más fácil adaptarse a las diferentes situaciones con las que nos encontramos. 

Para todo aquel que está lidiando con el aislamiento, aquí te brindamos algunas recomendaciones:

  • Designa un momento del día para mantener tus vínculos y relaciones sociales: Está comprobado científicamente que las interacciones virtuales pueden ser tan reconfortantes como las que tenemos en  persona. 
  • Identifica a una persona de confianza con la que puedas hablar sobre tus emociones
  • Practica la autocompasión y el mindfulness: Mantente enfocado en el  presente, en aquello que sí puedes hacer y deja fluir tus emociones sin juzgarte. 
  • Recurre a lo familiar: una comida, una canción, un olor o algo que puedas recrear en tu país de residencia que te brinde sensación de confort puede ser beneficioso
  • No dudes en pedir ayuda si la necesitas.

En la medida que podamos aceptar esas pérdidas, podremos abrir nuevos espacios para recibir lo bueno que este lugar tiene para ofrecer, para aprovechar las oportunidades y compartir así sea a distancia.